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Fiscal, acusación y defensa piden 23 años para un hombre acusado de matar a su expareja en la capital tinerfeña

C.G.H (d), acusado de un presunto delito de homicidio y asesinato hacia su expareja Iris Francés, en octubre de 2015, durante el jucio celebrado en la sección quinta de la Audiencia de Santa Cruz de Tenerife, en el que el fiscal pide 35 años de prisión para él. EFE/Ramón de la Rocha

Efe

Las Palmas de Gran Canaria —

El Ministerio Fiscal, la acusación particular y la defensa han coincidido este miércoles en pedir una pena de prisión de veinte años para el acusado de asesinar a su expareja en la capital tinerfeña, y tres por el intento de homicidio de la madre de ella.

Mientras, la acusación ejercida por el Instituto Canario de la Igualdad pidió 20 años de prisión para Carlos Gaspar Hernández por el asesinato de Iris Francés en octubre de 2015, y tras las peticiones el acusado aseguró que estaba arrepentido de lo hecho en un momento de arrebato y pidió disculpas a sus tres hijos y a las familias.

Durante el juicio el acusado estuvo de costado a la sala y ocultaba la cara con las manos esposadas, excepto en dos ocasiones que las retiró para que los agentes de la Policía Local dijesen si lo reconocían.

El jurado popular se reunirá este martes para decidir tras un juicio en el que Carlos Gaspar Hernández asintió mientras el Ministerio Fiscal hacía un relato de lo ocurrido en la noche del 22 de octubre de 2015, día en el que Iris Francés recibió diez puñaladas, cinco de ellas mortales, según los médicos forenses que realizaron la autopsia.

El Ministerio Fiscal había solicitado en un principio veinticinco años de prisión por el asesinato pero rebajó la pena a veinte debido al reconocimiento por parte del acusado, y redujo de diez a tres años de prisión la pena por el intento de homicidio de la madre de Iris, debido a que las puñaladas que recibió no eran mortales.

Según el relato hecho por el Ministerio Fiscal y reconocido por el acusado, éste, persuadido de que su excompañera pretendía reiniciar su vida, decidió asesinarla, para lo cual ocultó en la gasolinera en la que trabajaba un cuchillo de cocina de unos treinta centímetros de hoja.

Cuando salió de trabajar el 22 de octubre de 2015, hacia las 21,45 horas, recogió la bolsa en la que guardaba el cuchillo y fue a un bar, en el que pidió a la camarera unos guantes blancos y luego se apostó en las inmediaciones de la vivienda de Iris, que había llegado de su trabajo en torno a las 22.20 horas.

La mujer salió de la vivienda diez minutos después para tomar un café con unos compañeros, y cuando entraba en su vehículo el acusado trató de agredirla y ella huyó mientras pedía auxilio, pero fue alcanzada y recibió dos heridas.

La madre de Iris oyó los gritos de su hija y bajó de su casa para interponerse y recibió tres puñaladas, mientras que el agresor volvió a apuñalar a la joven, quien falleció en el lugar.

El agresor huyó y el cuchillo fue encontrado en un solar próximo a su vivienda por agentes de la Policía Local, que indicaron en el juicio que Carlos Gaspar Hernández mantuvo la calma y sólo “muy al final” reconoció que era el autor de las puñaladas.

Varios testigos comparecieron y un compañero de trabajo del acusado dijo que Carlos Gaspar decía que no podía vivir sin Iris, mientras que otro compañero manifestó que había visto la bolsa con el cuchillo y que al preguntarle por él la respuesta había sido que lo vería al día siguiente, y que cortaría el cuello a su excompañera.

La camarera que dio los guantes al acusado dijo que no había notado nada raro y entre sollozos relató que cuando oyó gritos salió del local y vio como Carlos Gaspar apuñalaba a Iris y a su madre.

La madre de Iris aseguró que no se había enterado de las heridas que sufrió tras ponerse entre su hija y el agresor.

Varios vecinos declararon que había oído pedir ayuda y que un hombre apuñalaba a una mujer, por lo que había llamado al 112 y también comparecieron dos agentes de la Policía Nacional y dos de la Policía Local, así como los médicos forenses que realizaron la autopsia.

También comparecieron las dos médicos que realizaron un reconocimiento al acusado, y las cuales afirmaron que éste sabía lo que hacía y quería hacerlo.

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