La casa centenaria del CD Tenerife

ACAN

Santa Cruz de Tenerife —

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Inaugurado el 25 de julio de 1925 sobre los terrenos que ocupaba la finca Cañadas, el viejo Stadium que esta misma semana cumplirá su primer siglo de vida ha tenido hasta tres propietarios (el CD Tenerife en dos periodos, la desaparecida Caja General de Ahorros y el Cabildo Insular, titular desde 1971), pero un único inquilino habitual: el representativo blanquiazul.

Y es que la génesis del recinto delimitado por la avenida de San Sebastián, las calles La Mutine y Heliodoro Rodríguez González y la plaza José Antonio Barrios es profundamente birria, fruto del empeño de Juan Muñoz Pruneda –su segundo presidente tras suceder a Mario García Cames– y de la contribución de más de trescientos particulares y empresas chicharreros que suscribieron un empréstito por un total de trescientas mil pesetas de la época (1.800 euros), fundamental para adquirir el suelo y sufragar parte de la construcción.

Camino de 2.000 partidos como anfitrión. En su primer siglo de existencia, el CD Tenerife actuó como anfitrión de un partido de competición oficial en 1.792 ocasiones, aunque al estreno de esta guisa fue precedido por veinte amistosos entre el 25 de julio de 1925 y el 3 de enero de 2026, cuando resolvió con una victoria (2-0, Martín y Torres) la visita del Puerto Cruz en el estreno en la Liga Insular.

A partir de entonces, el equipo fue escribiendo una larguísima serie de presencias en el ‘Stadium’ –desde 1950 ya con su denominación actual– en categorías insulares, regionales e, interrumpidamente desde 1953, nacionales. Hasta la visita del Real Oviedo el pasado 25 de mayo, el balance es netamente blanquiazul: 1.031 victorias, 443 empates y 318 derrotas, con un saldo de goles igualmente ventajoso (3.346 por 1.633). El honor del primer tanto le cupo a Domingo Martín, un delantero de breve paso por la entidad (1924-1926), y el último –por ahora– a Enric Gallego, autor del 1-0 que dio la victoria ante el Eibar en la 37.ª jornada de la temporada pasada.

Cerca de cien como ‘visitante’. Contra lo que pueda pensarse por ser su inquilino fijo, el Tenerife también jugó hasta el curso 53-54 como rival de los otros anfitriones circunstanciales del Heliodoro (Iberia, Salamanca, Fomento-Real Unión, radicados en la capital chicharrera), en finales de competiciones insulares y hasta en una ocasión como visitante del lagunero Real Hespérides, cuando un temporal caído en Aguere dejó impracticable La Manzanilla y forzó el cambio de campo. Entre unas cosas y otros, hasta 89 partidos oficiales se añaden a la lista de comparecencias en el coliseo blanquiazul.

Cuatro cursos sin partidos oficiales. En tres temporadas (24-25, 26-27 y 38-39) el CD Tenerife sólo disputó partidos amistosos en el Stadium, cursos en blanco a los que se añade el 37-38, en plena guerra civil, cuando no jugó encuentros oficiales ni de preparación.

Tres ascensos inolvidables. El CD Tenerife atesora cuatro ascensos a Primera División y cinco a Segunda, nueve gestas que en cuatro casos se firmaron en el Heliodoro. La primera –probablemente la más simbólica por sacar al equipo del fútbol regional– data del 31 de mayo de 1953, cuando se impuso en la vuelta de la promoción al Orihuela (3-0 tras el 2-1 en contra en la ida) de la mano de Carlos Muñiz y una alineación para la posteridad: Cuco; Isidoro, Servando, Perla; Villar, Chicho; Óscar, Julito, Antonio, Méndez y Paquillo.

De entre las que vinieron después, ninguna supuso el acceso a la élite, que el Tenerife siempre abrochó lejos de la Isla (Almendralejo, Sevilla, Leganés y Gerona). Sí consiguió en la Isla los ascensos a la categoría de plata de 1971 dirigido por Javier García-Verdugo (4-0 al Real Unión de Irún el 30 de mayo), el de 1983 liderado por José Ramón Fuertes (6-0 al Compostela el 15 de mayo) y el de 1987, con Martín Marrero al frente (5-1 al San Sebastián el 31 de mayo).

Y otras citas para la historia. Las casi dos mil comparecencias del representativo en su campo ‘de siempre’ han dado para sensaciones de todo tipo, desde la amargura de una derrota, un descenso, una eliminación copera y hasta un ascenso frustrado a las más recordadas con alegría. Además de los ascensos citados, así, las dos ligas (91-92 y 92-93) en las que se convirtió en juez del título en la última jornada derrotando al Real Madrid, las ocho comparecencias en encuentros de la Copa de la UEFA (tres en la 93-94 y cinco 96-97) o las victorias en el clásico del fútbol canario.