Sergio Ramos destroza los códigos de Luis Aragonés
Sergio Ramos ha estallado. No ha soportado más. Levantó la voz para destrozar los códigos de Luis Aragonés. Unos métodos que no comparte. Lo quiso dejar claro a sus compañeros y al mundo. Con los focos de las cámaras apuntando, dejó claro al seleccionador que hay límites que no puede pasar.
Durante la tarde y la noche de este jueves Sergio digirió las palabras de Luis en rueda de prensa rodeado de su familia. “Hay cosas que debe cambiar fuera del campo”. ¿A qué se refería?. A cada llamada que fue recibiendo, su indignación fue creciendo. No quiso hablar en privado con el seleccionador. Se la devolvería con la misma moneda.
A Sergio le cogió por sorpresa las declaraciones de Luis. Minutos antes de comparecer ante los medios, tumbados en el césped en una imagen paternal, Aragonés no había hablado los temas que posteriormente desveló en su rueda de prensa. Según pudo saber Efe, fueron consejos deportivos.
Y Ramos no ha soportado un discurso de frente y filtraciones interesadas por la espalda. Después de firmar dos encuentros a un nivel más bajo del habitual, no esperaba una técnica de motivación que le pusiese, aún más si cabe, en el centro de la diana de todos.
Admite su error en dos despistes. Fue lo primero que dijo cuando tomó la palabra y sacó su carácter en la charla de grupo en el centro del campo. “Si a alguien le ha molestado, lo siento”. Se refería a dos retrasos. Uno de cinco minutos por quedarse dormido antes de una charla en el hotel de Luis. El segundo de dos minutos en una salida del autobús de la selección.
Tras el perdón, llegaron los reproches a Luis. El seleccionador agachó la cabeza. Los capitanes no abrieron la boca. Luis había conseguido lo que buscaba. Ramos saca su carácter y 'morderá' ante Italia. Las formas no le importan. Se queda con el fondo.
Sergio pidió respeto. El que se ha tenido con Fernando Torres en un incidente similar, que se apagó con rapidez. A dos días del gran partido. De los temidos cuartos. De Italia. Ha destrozado los códigos de Luis. En el último Mundial, a la hora de la verdad se llegó con el clima enrarecido con jugadores de peso de trasfondo. En esta ocasión, nada debía haber alterado el ambiente de unidad que sigue reinando.