Menos premios y más respeto al Medio Ambiente

El Gobierno de Canarias se ha caracterizado en en sus cuatro años de legislatura por su reiterada falta de interés por la naturaleza de las islas, por su biodiversidad y por sus paisajes. Un gobierno que continúa con sus actuaciones contrarias al medio ambiente y que trata de ocultarlas mediante campañas repletas de demagogia, como ha sido la realizada con las prospecciones en aguas canarias. Es una auténtica demostración de cinismo dar un premio a una organización ecologista por proteger la biodiversidad, por su lucha contra el cambio climático, sus iniciativas a favor de las energías renovables y su defensa de los bosques y los espacios naturales, cuando este mismo gobierno es un ejemplo de todo lo contrario. El puerto de Granadilla, el desprecio a la biodiversidad de las islas claramente expresado en el catálogo de especies protegidas de Canarias, la proliferación de canteras ilegales por todo el territorio insular para abastecer obras públicas que, en muchos casos son auténticos atentados medioambientales, etcétera, etcétera, son hechos que están el el haber de sus responsables. Son realidades que no se tapan con premios, por muy justificado que esté resaltar la labor de de Greepeace, una organización con la que ATAN ha colaborado en numerosas campañas, no en vano compartimos objetivos.

ATAN se fundó, en plena dictadura franquista y el mismo año que Greepeace (1971), como una asociación conservacionista democrática, independiente y basada en trabajo altruista de sus socios. Con la llegada de la democracia nuestra asociación alcanzó uno de sus objetivos, pues era la condición necesaria para poder desarrollar su labor. Por eso la Constitución establece en su artículo 45 que “Todos tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona, así como el deber de conservarlo.” El trabajo hecho por nuestra asociación ha sido reconocido por la sociedad y hemos recibidos premios, como el Teide de Oro de Radio Club de Tenerife en 1991. Pocos años más tarde el Gobierno de Canarias, a través de la consejería de Turismo que en aquellas fechas estaba gestionada por Miguel Zerolo, nos concedió un premio. Pero en este caso, y a diferencia del anterior, lo rechazamos. La razón fue que no podíamos aceptar un premio de un gobierno que promovía, financiaba y alentaba un modelo de desarrollo que apostaba por favorecer una economía basada en sectores especulativos y que suponía un intenso y rápido deterioro de la naturaleza canaria. Nos pareció que solo pretendía usar las asociaciones ecologistas como un elemento más de sus campañas publicitarias. Nunca nos hemos arrepentido de una decisión que los años posteriores han venido a confirmar que fue la acertada: el antiguo consejero, directamente implicado en el mayor caso de corrupción inmobiliaria de Tenerife, convertido en la personificación del modelo económico que nos ha llevado a la situación actual.

El Gobierno hizo de su negativa a las prospecciones petrolíferas su gran bandera política pero, y al mismo tiempo, su “apuesta” por las renovables ha hecho de Canarias la primera por la cola en la utilización de estas energías y sigue recurriendo a los hidrocarburos, ahora el gas, para abastecer a las islas. La biodiversidad solo les interesa para los documentales turísticos y, como se demostró con el caso de los pinzones del Teide, reconocen que no dedican medios ni personal para evitar que esquilmen el patrimonio natural canario. Este manera de actuar es la que nos llevó a no apoyar el referéndum propuesto por el gobierno sobre las prospecciones y, menos, con una pregunta trampa. El tiempo nos ha dado la razón y de nuevo estamos ante un lavado de imagen, de palabras y no de hechos. Los mismos que han otorgado esta distinción son los que siguen masacrando nuestro patrimonio, desprotegiendo su biodiversidad y, sobre todo, manteniendo un modelo económico cuyas consecuencias las está sufriendo la sociedad canaria y el conjunto de su patrimonio natural.