Se complica por momentos para el grupo de gobierno en el Cabildo de Gran Canaria el feo asunto de la muerte de un operario en la Ciudad Deportiva, antes llamada Martín Freire. Se van descubriendo día tras día escandalosos informes y una caótica organización interna que ha agravado aún más la situación, hasta el punto de explicar cómo es posible que la cadena de decisiones no funcione porque el poder político ha sido incapaz de hacerla funcionar. Pero si es grave que nadie tome decisiones, más grave es lo que venimos publicando estos días, la existencia clara de informes avisando de la situación, y frente a los informes, el pasotismo más irresponsable. A Larry Álvarez y a Jose Miguel Álamo, el consejero de Deportes, les falta tiempo para reunirse en el búnquer de Presidencia para encontrar alguna escapatoria. De momento no han tenido suerte.