El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Cuánta cosa rara
Será la desalación de agua lo que está en juego, pero si en el colegio nos decían que el líquido elemento era incoloro, insípido e inodoro, lo de la adjudicación a Isolux con salto mortal, doble tirabuzón y media sonrisa de alcaldesa incluidos, más parece tener que ver con otro tipo de sustancia. Porque el asunto huele, pero con un hedor que hasta hizo prorrogar sus vacaciones a Mario Romero Mur, quien debería haber presidido la mesa de contratación, pero serio como es, sabe dónde acaba la política y comienza el conchabeo. Prefirió dejar que se luciera un valor en alza como es Paulino Montesdeoca. Y se lució, vaya si se lució, pero no era agua lo que vendía, porque aquello tenía un color indefinido, que es el peor color que puede tener algo cuando ya tiene uno adjudicado per se. La oposición llegó hasta donde pudo, o sea, a la carajera mediática y a reventar la estadística de votaciones continuadas ganadas por el PP. Pero alguien debió pensar que el damnificado monstruo empresarial francés Bouygues (Idagua) iba a dejar pasar la mano. No estaba mal calculado. Al fin y al cabo, ese emporio no va a temblar porque no se le conceda un concursito de 8 millones de euros y no era de esperar que pusiese demasiada carne en el asador canario, no fuera a ser que, por aquellas cosas del moverse y salir en la foto, no se le adjudique ningún concurso más en la isla redonda.
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