Bueno, bueno, bueno. Ya tenemos un culpable de la desgracia ocurrida en la Ciudad Deportiva de Gran Canria y de la funesta gestión de las instalaciones deportivas dependientes del Cabildo de Soria, provincia de Las Palmas. Por una vez y sin que sirva de precednete no es Felipe González, ni siquiera el bondadoso Rodríguez Zapatero. Ni siquiera han culpado al toro que mató a Manolete, que se llamaba Islero, que no isletero, procedencia de muchos políticos y sindicalistas de casta que ya quisieran estar en estos momentos en el ruedo para ver cómo torea el presidente del Cabildo el complicado paquete que tiene entre manos. Ya estamos todos los periódicos en el asunto del Martín Freire porque este domingo se sumó, de aquella manera que sólo él sabe hacer, el diario del régimen.