El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Efectivamente, porteros de discoteca
Imagínese que vive usted en una urbanización privada y organiza el cumpleaños de uno de sus hijos. Pretende que la fiesta sea multitudinaria y es consciente de que en los alrededores de su urbanización pudiera producirse algún problema de tráfico que repercuta en el buen funcionamiento de su municipio.Cargado usted de civismo, telefonea a su Ayuntamiento y comunica al jefe de la policía local tales contingencias para mejor proveer. El consistorio, por lo general muy diligente, decide que lo mejor es montar un amplio dispositivo de varios coches-patrulla y una docena de agentes para que el acceso a la fiesta de cumpleaños no genere incidencias y pueda usted, además, garantizar que nadie accede a su urbanización sin haber estado invitado. Para ello, los agentes se aprestan solícitos a reclamar a las personas que quieren acceder a su urbanización la correspondiente invitación que usted ha cursado, de modo que le hacen a usted sumamente feliz y al resto de los ciudadanos los exonera de la tentación de entrar en una fiesta a la que no han sido invitados. Pues eso fue lo que hizo este jueves la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria, ordenar el acceso al Muelle Deportivo (bien) y exigir a los automovilistas que mostraran la invitación para franquearles el paso al recinto. Como porteros de discoteca, vamos, lo que nos lleva a sospechar que es vocación generalizada en el cuerpo.
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