La obsesión de algunos políticos canarios por salir, haga frío o haga calor, en los medios informativos nos está costando a los contribuyentes un ojo de la cara y la yema del otro. De las cuentas y adjudicaciones de los Bravo y su tránsfuga en el Cabildo de Gran Canaria daremos datos cuanto estén convenientemente asentadas. Las que parecen estarlo ya son las cuentas que dejó Antonio Alarcó, el mismo partido que los Bravo (PP) en el área de Sanidad del Cabildo de Tenerife durante su paso devastador por ella durante 2007-2011. El pleno de la Corporación abordó este pasado viernes el pago de 71.000 euros en facturas indebidamente tramitadas, facturas que curiosamente iban referidas a gastos publicitarios: ya saben, comprar a comunicadores latosos y tener contentos a los editores de los diarios del régimen. A esos 71.000 euros, cuya tramitación aprobó el PP en solitario ante una triquiñuela de CC y del PSOE, hay que sumar otros 27.000 euros que vienen en camino, en total, 98.000 euros que se deben sumar a la amplia retahíla de gastos de prensa y propaganda -hasta 340.000 euros al año- del que se perfila como futuro hombre fuerte de Soria en el PP tinerfeño.