La comida de Jaime Bouzón con los medios de comunicación resultó muy entretenida porque allí se habló también de locales nocturnos y de la manía del alcalde de la ciudad y de algunos de sus concejales de hacer que vivamos un poco más aburridos cada día. Bouzón tampoco se amilanó a la hora de hablar de la crisis que atraviesa el movimiento empresarial grancanario y opina que la separación de Suárez Gil de sus tareas en la Confederación y de Tony Rivero de las suyas propias en la Cámara, es una buena solución. Si bien dejó caer con su acreditada socarronería que la salida plateada, al tratarse de un cargo electo, comporta ciertas dificultades que habrá que arreglar con cariño. El mismo que puso Bouzón a la hora de elegir el vino, un Ribera del Duero de 1998 de nombre Pagos de Quintana que es distribuido en Canarias por la empresa de Sebastián Grisaleña, presidente del Foro Empresarial, en el que precisamente no está la Fecao.