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Un hombre del Renacimiento

Como era poco el cabreo de José Manuel Soria con Televisión Canaria, con el Parlamento, con el Vaticano y con el mundo mundial, va el ente público y aprieta un poco más. Vamos a ver, ¿realmente había necesidad de provocar al líder natural del centro reformista, patriótico y constitucional invitando a Gonzalo Angulo a hacer de comentarista (sic) deportivo en la retransmisión del partido Ferrol-UD Las Palmas? ¿No había otra cosa que le molestara más, por ejemplo, el capítulo 345 de Rintintin? Pues no. Tenía que ser Angulo, quien por cierto confirmó a sus seguidores que es un hombre del Renacimiento, que lo mismo te escribe un oratorio, que te proyecta un estadio o te redacta un conflicto colectivo. Y sin que se le note la mínima muestra de desagrado en el rostro, que es lo que más mérito tiene. Nos gustó especialmente la respuesta que dió a una complicada pregunta de Armando Vallejo a uno de los lances del partido: “Sí”, así, como suena, con todo lo que tiene de grandioso y de minimalista a la vez. Aunque tampoco estuvo mal la que dió en el descanso: “Yo firmaba el empate”. O la del final del partido, cuando ya habíamos firmado la victoria: “La verdad es que no soy tan cenizo”. Por cierto, aprovechando el viaje, retiramos lo dicho sobre el Angulo Arena: nos han aclarado amigos gestores deportivos que lo de Arena sirve para designar campos cubiertos, y este no es el caso. No sólo por la techumbre, sino cubierto por los presupuestos. Ya nos inventaremos algo para referirnos a él. ¿Qué les parece Angulo Coliseum?

Como era poco el cabreo de José Manuel Soria con Televisión Canaria, con el Parlamento, con el Vaticano y con el mundo mundial, va el ente público y aprieta un poco más. Vamos a ver, ¿realmente había necesidad de provocar al líder natural del centro reformista, patriótico y constitucional invitando a Gonzalo Angulo a hacer de comentarista (sic) deportivo en la retransmisión del partido Ferrol-UD Las Palmas? ¿No había otra cosa que le molestara más, por ejemplo, el capítulo 345 de Rintintin? Pues no. Tenía que ser Angulo, quien por cierto confirmó a sus seguidores que es un hombre del Renacimiento, que lo mismo te escribe un oratorio, que te proyecta un estadio o te redacta un conflicto colectivo. Y sin que se le note la mínima muestra de desagrado en el rostro, que es lo que más mérito tiene. Nos gustó especialmente la respuesta que dió a una complicada pregunta de Armando Vallejo a uno de los lances del partido: “Sí”, así, como suena, con todo lo que tiene de grandioso y de minimalista a la vez. Aunque tampoco estuvo mal la que dió en el descanso: “Yo firmaba el empate”. O la del final del partido, cuando ya habíamos firmado la victoria: “La verdad es que no soy tan cenizo”. Por cierto, aprovechando el viaje, retiramos lo dicho sobre el Angulo Arena: nos han aclarado amigos gestores deportivos que lo de Arena sirve para designar campos cubiertos, y este no es el caso. No sólo por la techumbre, sino cubierto por los presupuestos. Ya nos inventaremos algo para referirnos a él. ¿Qué les parece Angulo Coliseum?