Lamentablemente no hemos podido castigarnos hasta el límite de visionar entero el programa El Flato al Agua de este martes. Nos bastaron unos cuantos pasajes muy significativos que reforzaban la tesis que corre en La Gomera de que José Manuel Soria quiere promocionar a Javier Trujillo a puestos de mucho mayor rango que los que hasta ahora ha desempeñado. Trujillo tendrá futuro en el PP, de eso no cabe duda, porque a su capacidad para arañar algunos votos en la isla, hasta ahora feudo casi absoluto de Casimiro Curbelo, se añade la cualidad de estar imputado por dos delitos relacionados con la corrupción, en concreto el tráfico de influencias y la prevaricación. Nada de importancia, no se vayan a creer, unas pequeñas manipulaciones en el planeamiento insular para morder cacho junto a un hermano. Su imputación le supuso a Trujillo que el PSOE lo expulsara, lo que le llevó de inmediato a caer en los cariñosos y acogedores brazos del PP, que acababa de fichar a otro famoso imputado gomero, Esteban Bethencourt, condenado por apropiación indebida. Dado que no pudimos visionar el programa de Intereconomía en su integridad no somos capaces de asegurarles que a lo largo del mismo Trujillo llegara a confesar sus delitos y presentara su dimisión ante el “compañero José Manuel”.