Pasamos por alto sus barriobajeras acusaciones sobre el incendio de La Gomera, cuya responsabilidad política y personal sitúa José Manuel Soria en la persona física y jurídica de Paulino Rivero, presidente del Gobierno de Canarias. La guerra está abierta y se recrudece por momentos, lo que anima muchísimo al público municipal y espeso a acercarse a la política. Y a apagar un fuego. Resulta lamentable leer que Soria pide para los incendios una “comisión de investigación con transparencia y todas las garantías” cuando es el autor material de la mayor estafa política que en esta materia se ha vivido en el Parlamento de Canarias, la comisión del caso Eolo, en la que fue juez, parte, testigo y sospechoso número uno, y que se saldó echando la culpa al único que no tenía que ver con aquel pelotazo de su partido. Pero lo que rebasa todas las medidas del cinismo es su posicionamiento político (y empresarial, claro) sobre las renovables en Canarias. Miente nuevamente como un condenado al negar que sea mucho más barato producir aquí energía por métodos limpios que mediante las centrales convencionales de combustibles fósiles. Y miente porque añade al precio de producción el coste de una central térmica que “haga de respaldo por si en un momento cae la intensidad del viento o la solar”. El descojono en el sector habrá sido colosal, porque todos en él saben que aun con el concurso de centrales térmicas de refuerzo, existen mecanismos que garantizan la viabilidad y el menor coste de las renovables en Canarias, donde solo hay térmicas produciendo por el doble de precio. Mecanismos como las centrales hidroeléctricas del tipo Chira-Soria, que el ministro boicotea con la ayuda entusiasta de cómplices como Endesa, que resultó adjudicataria de un concurso que Soria se negó a tramitar mientras fue presidente del Cabildo. Con esos mismos precios que ahora le escandalizan, prometió un decreto de renovables exclusivo para Canarias y no lo ha hecho. No son los costes, no es la energía. Son las ganas de humillar al Gobierno canario, de hundirnos a todos para presentarse luego como el mesías salvador. No va a colar.