Lo malo de hablar tanto es que se cometen muchos errores. Y Willy habló por los codos este martes. A una pregunta de un redactor sobre quién formaría el consejo de administración de la nueva empresa adjudicataria de informativos, a Willy no se le ocurre otra cosa que meterse en el frondoso jardín de explicar que tan solvente compañía le ha pedido que proponga nombres “para el equipo directivo”. Y Willy los está proponiendo, vive Dios, atendiendo al perfil que más le gusta, “gente como yo”, dice, “muy joven y con mucha vocación”. Vamos a ver, ¿qué solvencia puede tener una empresa a la que es el cliente la que le coloca los cargos directivos? ¿Es que no tiene, como no tenía ganas malditas de presentarse? ¿Qué más le falta a esa empresa para que sigamos sospechando lo peor y, además, acertar?