Observen con detenimiento la sucesión de acontecimientos que se están produciendo, la reacción de los afectados, los apoyos que se han ido procurando. Y llegarán a una conclusión muy sencilla: reeditan la misma táctica emprendida a partir de 2000 para que le fuera retirada a Juan Francisco García la querella de La Caja. Hay movimientos telúricos en la Judicatura, hay presiones del más variado pelaje en diferentes niveles de la administración pública canaria, hay búsqueda permanente de apoyos políticos y sociales y hay campaña mediática que produzca el caldo de cultivo adecuado para que, de llegarse al cierre en falso de las investigaciones por corrupción, el respetable aplauda enfervorizado al recuperarse la paz de los cementerios. De la parte mediática se ocupa, cómo no, Juan Francisco García, que ha vuelto a recuperar para la ocasión al que fuera su defensa central en el feo asunto de La Caja, Francisco Javier Chavanel. García se encarga de ir a por este periódico y su director, Carlos Sosa, mientras José Manuel Soria ha quedado encargado de La Provincia y, particularmente, de su consejero delegado, Guillermo García-Alcalde.