Duro y delicado papel el de delegado del Gobierno en Canarias. Ahora entendemos a Alfredo Briganty, cuando en 2003 rehusó aceptar ese cargo cuando se lo ofrecieron José Manuel Soria y la subsecretaria de Interior, a las órdenes del incansable Ángel Acebes, el de la mochila azul y de ojitos dormilones. Pepe Segura no dijo que no cuando se lo propusieron, y ahí anda el hombre trabajando duro para dejar en buen lugar al Gobierno al que representa y al partido de las Islas que ha de representar ante el Gobierno. Buen trabajo, por ejemplo, el que ha hecho con la segunda pista de Gando, o con la acogida a los miles de inmigrantes que se han jugado la vida por llegar aquí para que ahora Segura vaya y los devuelva. Luego está la vertiente de la seguridad, quizá el aspecto más sensible. El Gobierno de Canarias quiere tener acceso a informaciones policiales y Segura se resiste por razones obvias. La Policía Autónomica y la consiguiente coordinación serían una buena excusa, y vuelve a resistirse el delegado. Como cuando se le pregunta en privado por las investigaciones al empresario Santana Cazorla. Niega que existan. Está en su papel y le volvemos a felicitar muy sinceramente.