En su estrategia de defensa, Soria ha tratado de descalificar al denunciante, vinculándolo con una conspiración socialista. Es obvio que el PSOE se inventó el viaje y hasta fue el PSOE el que otorgó la autorización a Anfi Tauro para añadir al paquete de camas que ya tenía concedido otras 3.500. Del mismo modo que es obvio que el PSOE redactó la denuncia, la presentó y hasta se personó como acusación particular en la causa. Todo le vale a Soria para tratar de extender humo alrededor de una actuación que ha merecido una acción de la Fiscalía Anticorrupción. Por eso y por otros indicios estamos en situación de sospechar que la testigo Irina Svistunova, que compareció este miércoles en el TSJC, fue una propuesta de la defensa de Soria, en la creencia de que echaría una mano para avalar las tesis de la amistad y el buen rollito viajero de los dos matrimonios en presencia. Pero Irina se desmelenó antes de tiempo y se convirtió en una testigo suicida.