Triste Calderón

Vuelve a la actualidad del golpe de estado del 23 de febrero de 1981 gracias a Manuel Fraga, que ha dicho en Barcelona que la asonada fue el 21. Ganas que él tenía. Pero también es actualidad el golpe porque a Javier Calderón Fernández, antiguo director del Cesid, de apodo Colodrón, un juez de Madrid le ha rechazado la querella criminal que interpuso contra el periodista Jesús Palacios, autor del libro El 23-F, el golpe del Cesid, de editorial Planeta. En ese libro, el periodista, con fuentes muy bien documentadas, como así lo atestiguan opiniones de importantes historiadores, recoge detalladamente los sucesos y señala directamente a Calderón como el instigador principal y uno de los inductores fundamentales del golpe. Dice Palacios que aquella noche unidades especiales del Cesid, bajo el mando del íntimo amigo de Calderón el comandante José Luis Cortina, apoyaron y guiaron a los guardias civiles que invadieron y tomaron el Congreso de los Diputados. El libro en cuestión ha sido muy bien calificado como uno de los mejores por Luis María Anson, por Sabino Fernández Campo y por el historiador Payne. El juez que ha rechazado la querella considera que no se ha menospreciado el honor de Calderón por cuanto las informaciones y relatos contenidos en el mencionado libro reflejan perfectamente -como dicen los historiadores- los hechos que rodearon el golpe militar del 23-F. Nosotros, ni ponemos ni quitamos coma. Ni obediencia debida alguna.

Vuelve a la actualidad del golpe de estado del 23 de febrero de 1981 gracias a Manuel Fraga, que ha dicho en Barcelona que la asonada fue el 21. Ganas que él tenía. Pero también es actualidad el golpe porque a Javier Calderón Fernández, antiguo director del Cesid, de apodo Colodrón, un juez de Madrid le ha rechazado la querella criminal que interpuso contra el periodista Jesús Palacios, autor del libro El 23-F, el golpe del Cesid, de editorial Planeta. En ese libro, el periodista, con fuentes muy bien documentadas, como así lo atestiguan opiniones de importantes historiadores, recoge detalladamente los sucesos y señala directamente a Calderón como el instigador principal y uno de los inductores fundamentales del golpe. Dice Palacios que aquella noche unidades especiales del Cesid, bajo el mando del íntimo amigo de Calderón el comandante José Luis Cortina, apoyaron y guiaron a los guardias civiles que invadieron y tomaron el Congreso de los Diputados. El libro en cuestión ha sido muy bien calificado como uno de los mejores por Luis María Anson, por Sabino Fernández Campo y por el historiador Payne. El juez que ha rechazado la querella considera que no se ha menospreciado el honor de Calderón por cuanto las informaciones y relatos contenidos en el mencionado libro reflejan perfectamente -como dicen los historiadores- los hechos que rodearon el golpe militar del 23-F. Nosotros, ni ponemos ni quitamos coma. Ni obediencia debida alguna.