Eufemiano Fuentes, feliz lejos del deporte

“La prensa crea corrientes de opinión, puede cambiar la impresión de la sociedad y no te da la posibilidad de defenderte y, cuando lo hace, es una forma de contraatacar. En su momento me hicieron mucho daño, pero ahora soy feliz con mi vida y prefiero no recordar nada de una etapa tan traumática como esa”, explicó.

El galeno

Mala planificación

Como ejemplo flexible, en la relación deporte y dopaje, apuntó a la NBA. “Allí los jugadores tienen acceso, bajo un riguroso control médico y farmacológico, a medicamentos prohibidos en otros países y en otros deportes”.

“Tal vez porque en Estados Unidos ven el deporte -prosiguió- más como un espectáculo, una visión más cercana a la mía. A los deportistas los considero artistas que merecen ser mejor controlados para poder rendir más. Todos queremos que den el máximo, que se superen, o que sólo aguante uno. Aquí, por contra, se les exige más, el organismo del deportista lo pasa mal por ese esfuerzo que se le pide realizar, pero se les pone todo tipo de trabas, algo lleno de hipocresía”.

El médico apuntó que ahora, como médico de familia, prescribe “medicamentos para curar” que en algunos deportes pueden ser considerados como productos dopantes. “Tal vez el problema es que, según se mire, el dopaje puede estar bien o mal definido. ¿Por qué no se le denomina dopaje terapéutico? Así llamaron al aborto (terapéutico) y todo se ve de una manera diferente, sin apuntar que se acaba con una vida”, comentó.

Fuentes también apostó como posible solución “reducir el calendario”, algo que en su día “ya puse sobre la mesa”. En cuanto al código ético propuesto por la UCI apuntó que “podría estar enfrentado con derechos fundamentales de las personas, pero si los deportistas están de acuerdo, allá ellos”.

Sin citación judicial

Eufemiano Fuentes, además, puntualizó que “no he sido llamado a declarar” en Alemania en la causa abierta contra Jan Ullrich ni en Francia por la demanda que el FC Barcelona ha presentado contra el diario Le Monde, que vinculaba al médico grancanario con el club que preside Joan Laporta. Aunque puntualizó que no descarta ser citado en el futuro “al igual que podría ser llamado aquí como testigo de un accidente de tráfico”, concretó.

Por último, especificó que abandonó la UD Las Palmas, club con el que colaboró en la temporada 2000/2001, porque “había perdido mi intimidad”. “Me convertí -agregó- en un personaje público. Venía de vivir fuera de Gran Canaria, de repente comencé a salir constantemente en la prensa y no era una situación agradable. La Unión Deportiva es mi equipo, gocé de una experiencia muy bonita, los resultados del equipo aquel año fueron buenos (finalizó en la undécima posición de la tabla de Primera división) y me fui satisfecho”.

“Además, la persona que había solicitado mis servicios (Zósimo San Román, preparador físico de Sergio Kresic) también iba a dejar el club en verano de 2001 y opté por dejar la entidad”, matizó.

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