Preocupación en la industria del vino de calidad: “La filoxera es la mayor amenaza conocida hasta la fecha”

Román Delgado

Santa Cruz de Tenerife —

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La Asociación de Viticultores y Bodegueros de Canarias (Avibo) y la Denominación de Origen Protegida (DOP) Islas Canarias (Canary Wine), una DOP que se gestiona desde la primera de estas entidades, se han dirigido al consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria del Gobierno de Canarias, Narvay Quintero, a través de una carta, de 14 de agosto y con firma del presidente de esas dos organizaciones, Juan Jesús Méndez (también director de Bodegas Viñátigo), en la que se deja por escrito y de forma estructurada toda una serie de consideraciones “fundamentales” para salir con fortaleza y las máximas garantías de la crisis actual ocasionada por la aparición de la filoxera en el sector del vino de calidad de Tenerife.

Se trata de una afección grave para las vides que ha sido conocida oficialmente hace pocas semanas, a través de la localización de varios focos de infección. Hasta ahora, Canarias estaba considerado como territorio completamente exento de filoxera.

En esa misiva, a la que ha tenido acceso este periódico digital y que se envió al consejero Quintero después de la reunión informativa regional sobre la situación de los focos de filoxera (problema de sanidad vegetal en la vid con nombre científico Daktulosphaira vitifoliae) detectados en Tenerife, la celebrada en Presidencia del Gobierno de Canarias de la capital tinerfeña este miércoles, Juan Jesús Méndez califica la coyuntura actual como un “momento tan crítico”, pues “la filoxera es la mayor amenaza que nuestro sector ha conocido hasta la fecha”, y alude a “la unidad” como “nuestra principal fortaleza”.

Esta comunicación formal se realiza antes de que se publique la orden de la Consejería de Agricultura con medidas urgentes de control y prevención a aplicar en toda Canarias, algo previsto a partir del lunes 18 de agosto próximo.

A partir de aquellas premisas, Méndez expone que las organizaciones empresariales a las que representa consideran “fundamental que las decisiones se tomen con liderazgo y ponderación, evitando medidas desproporcionadas que puedan perjudicar a los viticultores y bodegueros a largo plazo” (con más impacto seguro para la producción de vinos que utilizan uva de calidad traída de otras islas, justo lo que permite la DOP Islas Canarias), y a continuación subraya: “Con este espíritu constructivo, le rogamos [a Narvay Quintero] que considere los siguientes puntos de actuación”, que son los que se enumeran y ordenan en la carta de cuatro páginas.

El primer epígrafe incluido en la carta se denomina Liderazgo y colaboración: el camino para gestionar la crisis, y en él se dice que “la filoxera es un enemigo común para la vitivinicultura mundial, su irrupción en el archipiélago es probablemente la mayor amenaza que nuestro sector ha conocido hasta la fecha y se suma a la problemática preexistente de la fortísima carga vírica de nuestras viñas y las consecuencias que ello implica. (…) la gestión de esta crisis exige un liderazgo efectivo y absolutamente operativo. No podemos permitir que la urgencia nos distraiga con debates internos o de carácter interesado (…)”.

Tras esa exposición, se subraya en el mismo apartado la primera gran medida propuesta por Avibo y la DOP Islas Canarias: la creación de un comité de crisis técnico. Este órgano, se señala en la misiva, “estaría liderado por los principales expertos en la materia, tanto de nuestras islas como de fuera del archipiélago. (…) serían los encargados de analizar la situación en tiempo real, de proponer medidas sanitarias y agronómicas basadas en la ciencia y en las mejores prácticas globales, y de dirigir la respuesta del sector”.

“En este contexto -se reconoce-, la información es una herramienta crítica que debe ser gestionada con la máxima cautela y control. Es imperativo que la comunicación oficial se restrinja a los interlocutores adecuados dentro del sector, evitando la difusión de datos no verificados que puedan generar pánico o desinformación”.

A continuación, se pasa a la sección sobre Medidas de control y movimiento de uva: ponderación y base científica. En esta parte, se recuerda que ayer [por el miércoles] “surgió la propuesta de prohibir el movimiento de uva. Entendemos la cautela, pero rogamos que cualquier medida restrictiva se fundamente en criterios científicos sólidos y en la normativa existente a nivel europeo y nacional. La evidencia técnica es clara: la filoxera se transmite a través de material vegetal, no de la uva como fruto. Además, debemos abordar la incoherencia de esta restricción desde la óptica siguiente: anualmente entran en el archipiélago cientos de miles de kilos de uva en racimo procedentes de territorios nacionales ‘filoxerados’. Esta realidad nos obliga a aplicar el mismo criterio y a ser coherentes con las medidas que adoptemos internamente”.

La prohibición del movimiento de racimos de uva entre islas puede generar una dificultad enorme a las bodegas de la DOP Islas Canarias que se abastecen de producto vendimiado en zonas localizadas fuera de Tenerife.

Por esa razón, la carta deja muy claro que “imponer restricciones injustificadas al movimiento de uva dentro de la región no solo generaría una desventaja desproporcionada para nuestros viticultores, sino que también sentaría un precedente sumamente perjudicial. Es vital que evitemos medidas que, lejos de resolver el problema, puedan ser percibidas como una respuesta oportunista o populista. Nuestra prioridad es proteger el sector de forma coherente, objetiva y ponderada, garantizando la igualdad de condiciones para todos los productores y agentes dentro de toda la cadena de valor y evitando cualquier acción que socave la reputación y el desarrollo de proyectos legítimos. La coherencia y la razón con base científica deben ser las guías de nuestra estrategia”, se concreta.

Luego, identifica los riesgos colaterales que pueden desencadenarse tras una gestión desproporcionada de esta crisis, incluso con alcance desproporcionado, a saber: en la reputación, con la “percepción de crisis incontrolable, afectando a la imagen de nuestros vinos y viñedos a nivel nacional e internacional; en el mercado, con ”restricciones internas que podrían desestabilizar la cadena de suministro, creando incertidumbre y dificultando la comercialización de nuestros productos“, y en la economía, con ”medidas no justificadas científicamente que podrían generar pérdidas económicas significativas para viticultores y bodegas, poniendo en peligro la viabilidad de muchos negocios hoy de éxito“.

Y se concluye con una especie de aviso a navegantes: “Una limitación desproporcionada a través de la orden (…) que no responda a los criterios objetivos enumerados nos obligaría a recurrirla y a tomar las medidas necesarias para salvaguardar los intereses de los viticultores y bodegueros”.

Tras esos dos bloques de contenidos, en los que queda clara una de las principales preocupaciones de Avibo y la DOP Islas Canarias, se pasa al punto tres: Visión de futuro: soluciones más allá del control inmediato, en el que se detallan las acciones clave que se deben poner en marcha. Estas son:

-“Acelerar el saneamiento varietal: es urgente apoyar a empresas como Cultesa con los medios necesarios para garantizar la disponibilidad de material vegetal sano”, un trabajo, por cierto, que los especialistas no entienden cómo ya no estaba realizado, sino que queda por hacer.

-“Permitir la importación controlada de patrones: debemos prepararnos para un largo proceso de replantación. Para ello, es clave que se permita, bajo estrictos controles sanitarios, la importación de patrones con injertos de nuestras variedades desde el continente. Esto nos permitirá aprender a convivir con el problema, tal como han hecho otras regiones”.

-“Aprender de las mejores prácticas: (…) aunque apoyamos firmemente las medidas de identificación, contención y erradicación del brote en curso, debemos abrir la puerta a un modelo futuro mucho más ambicioso. La experiencia de otras regiones nos enseña que la filoxera puede llegar a ser endémica. Por ello, debemos empezar a planificar un escenario donde nuestro territorio se convierta en un modelo inédito a nivel mundial: un modelo donde convivan de manera segura viñedos saneados con viñedos protegidos de variedades prefiloxéricas”.

“Esta estrategia -se concluye- a largo plazo nos permitiría preservar una herencia vitivinícola única, diferenciándonos globalmente. Seríamos pioneros en la protección de este patrimonio, mientras nos aseguramos de que el futuro de nuestro sector está garantizado a través de la replantación con patrones resistentes. Esta es la visión que debemos defender”, destaca la carta. La replantación total de los viñedos de Tenerife supone invertir casi 100 millones de euros, a razón de 30.000 euros por hectárea.

Y se cierra la misiva con este párrafo: “En definitiva, esta crisis nos exige responsabilidad y una visión a largo plazo. Confiamos en que, trabajando juntos, la Administración y el sector podrán gestionar esta situación de la mejor manera posible, minimizando los daños y sentando las bases para un futuro resiliente”.

Los números del sector del vino en el archipiélago

En la comunidad autónoma de Canarias, la superficie total cultivada de viña ocupa más de 8.000 hectáreas, por lo que abarca en torno al 16% de terreno dedicado a la agricultura. Se sitúa como el segundo cultivo del archipiélago, solo por detrás del plátano, según datos servidos recientemente por Proexca.

En los últimos años, la producción de uva para vinificación se ha situado entre las 13.000 y las 16.000 toneladas, con una elaboración de vino asociada equivalente a los 11 millones de litros, en torno al 60% de ellos blancos y el 40% restante tintos y bastante menos rosados.

En 2023, el volumen total de exportaciones de vino canario alcanzó los 321.000 litros y Estados Unidos destacó como principal destino con 102.900, lo que supuso el 32% de las ventas en el exterior de vinos canarios con DOP. Ahora queda por ver cómo influirá la subida de aranceles dictada por Donald Trump a las ventas de este producto canario (en principio, hasta el 15%).

Junto con Estados Unidos, los vinos canarios se exportan a Canadá, Bélgica, Noruega o Suecia, entre otros países, y son altamente valorados en el segmento comercial del producto de autor o gourmet.