Sobre este blog

La lectura y la inquietud lo llevaron a la escritura. Ahora estudia Filología 

Hispánica en la Universidad de La Laguna mientras escribe poesía y hace crítica 

literaria.

Una extraña convergencia (*)

Yeray Barroso Ravelo

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Sobre este blog

La lectura y la inquietud lo llevaron a la escritura. Ahora estudia Filología 

Hispánica en la Universidad de La Laguna mientras escribe poesía y hace crítica 

literaria.

Comenzamos a ser sin darnos cuenta. Ningún dogma abrazó a quienes venían. Es probable que se pueda hablar ya de una cuantiosa convergencia de autores coetáneos que han decidido aventurarse en la tarea de la escritura en estas islas. Hace casi dos años, Daniel María, que hoy es mi compañero de viaje en esta publicación, se atrevió a dar el nombre de “Lo imprevisto” a lo que estaba sucediendo en Canarias.

Si existe algo insólito en los jóvenes creadores de estas islas es la paradoja que hemos tratado de abrir entre el grupo y la individualidad. Cuando por el mes de enero del pasado año nos planteamos un proyecto como la Revista fogal, que hoy tiene el cuarto número en marcha, el único manifiesto que como grupo podíamos defender y defendimos fue la intencionalidad del proyecto de “ser el sustento de una llama de individualidades”, pues en realidad no podíamos ser más que eso. Si algo puede realmente definir la situación actual de la joven literatura canaria es lo paradójico entre un ambiente grupal que a la vez no constituye un grupo, entendiendo por grupo una concepción que abrigue una tendencia general de todos sus autores.

Sin intención de tomarla como una referencia que fotografíe el momento actual, pues se han publicado títulos a mi juicio relevantes en los últimos años como Creencias de Verano de Iván Cabrera Cartaya, El tiempo de los lémures de Daniel Bernal Suárez, Los centinelas de Sergio Barreto o El cadáver de la sirena de Acerina Cruz, esta edición conjunta de Flor que nace en los raíles y huida al centro del agua viene a ser un reflejo de todo lo que está definiendo a este momento, pues en un mismo libro conviven dos obras que si algo reflejan es a dos individualidades totalmente diferentes, tanto en búsquedas como en lenguaje, sin que ello impida convivir a los dos libros en un mismo soporte.