“El futuro de la décima en La Palma pasa por su integración en el sistema educativo”

Justo Pérez es catedrático de Física de la Universidad de La Laguna (ULL).

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

0

“Queda claro que el futuro de la décima en La Palma pasa por su integración en el sistema educativo formando parte de la labor docente ordinaria, el reto consiste en que esto deje de ser una actividad puntual muy meritoria en algunos centros y sea una labor sistemática desarrollada globalmente en toda la Isla”, ha asegurado a La Palma Ahora el profesor Justo Pérez Cruz, natural de Villa de Mazo y catedrático de Física de la Universidad de La Laguna (ULL), que el pasado sábado presentó el libro Notas sobre la décima en la Isla de La Palma a lo largo del siglo XX en el Museo del Puro de Breña Alta .  

La obra, explica su autor, “es una exposición cronológica de la evolución de la décima en la Isla de La Palma en el pasado siglo con una breve pincelada a la situación de la décima en la actualidad”.

El libro está editado por Le Canarien Ediciones y se encuadra en el proyecto La Palma Punto y Aparte, coordinado por Justo Roberto Pérez Cruz. Cuenta con una edición en papel, distribuida en toda Canarias, así como una edición digital accesible desde la página web de la editorial.

“El proyecto La Palma Punto y Aparte fue iniciado en el año 2001 con la edición de Las décimas de La Garrafona de la decimista macense María Nieves Clemente y en el contexto del mismo se ha editado una buena parte de la obra de los decimistas palmeros, algunos ya desaparecidos como los casos de Ramón Marichal, Pedro Barreto o Abraham Rocha o más recientemente Melo Pérez Díaz, junto con recopilaciones de diversos autores como el caso de Las décimas del Temporal de 1957”, indica Justo Pérez.

Notas sobre la décima en la Isla de La Palma a lo largo del siglo XX es producto de las notas elaboradas por el autor para la impartición del curso de Extensión Universitaria Historia y Cultura de la Décima, celebrado en Fasnia (Tenerife) en el año 2017, y que ha tenido continuidad en el mismo municipio en 2018,  así como recientemente en la Universidad de Verano de La Palma y sale a la luz gracias a la colaboración conjunta del Cabildo Insular de La Palma y los ayuntamientos de Breña Alta, Breña Baja, Villa de Mazo, Puntallana, Puntagorda y Tijarafe.

La obra toma como punto de partida los primeros testimonios a los que Justo Pérez ha tenido acceso a través de manuscritos o de la tradición oral situados a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX. “En estos inicios destacan dos figuras principales, la del tijarafero José Manuel Martín Borrallo y la del macense José Pérez y Pérez Cangrejo, ambos cultivadores de la décima y el romance y en torno a los cuales y otros autores de su época se crearon dos escuelas en el noroeste y en el sureste de La Palma que han permanecido hasta nuestros días a través de varias generaciones”, afirma.

“La atención a los primeros años del siglo XX se centra en las figuras del tijarafero Víctor Hernández Sánchez autor de las decimas de la vida y la muerte de gran popularidad en la tradición oral y Úrsula Pérez y Pérez, natural del barrio de Montes de Luna en Villa de Mazo y hermana de José Pérez Cangrejo. A estos le siguen una variada lista de autores y referencias a décimas de autor anónimo fuertemente marcadas por la emigración a Cuba, tanto porque muchos de los autores de la época, como el tijarafero Pedro Barreto Sánchez o el macense Marcelo Rodríguez de Paz realizaron el viaje de ida y vuelta a Cuba, como por el hecho de que buena parte de la correspondencia entre La Palma y Cuba fue escrita en décimas, muchas de ellas realizadas por encargo”, recuerda Justo Pérez.

“En la siguiente etapa, situada entre 1940 y 1960, se detallan referencias a un gran número de décimas compuestas con motivo de notables episodios como la emigración clandestina, el Volcán de San Juan en 1940, la plaga de cigarrones de 1954 o el temporal de 1957 o episodios puntuales algunos de ellos trágicos como los pastores quemados en el borde de la Caldera de Taburiente en 1948  o en tono más humorístico la célebre carrera de caballos del Alma de Tacande a finales de los años 50”, detalla.

Añade que “en la década de 1960 se inicia una nueva etapa en la que el intercambio con América se produce a través de la llegada a La Palma de las primeras grabaciones de autores como Chanito Isidrón o el Jilguero de Cienfuegos, el inicio de los festivales organizados como el que celebra en Tijarafe desde 1970 y la presencia en los escenarios de las islas del grupo Los Verseadores de La Palma formado por Eremiot Rodríguez, José María Cáceres y Baldomero Lorenzo con el laúd de Pablo Calambre García, dando lugar a las primeras apariciones televisivas en el programa Tenderete de TVE, lamentándose en este periodo la pérdida producida por la muerte de Gregorio Rodríguez el poeta en 1974”.

A partir de 1980, afirma Pérez Cruz, “la décima revive con la llegada a la Isla de un gran número de repentistas cubanos. Los guardianes de la tradición decimista palmera como el macense Bernardo Gutiérrez, el fuencalentero Eladio Lalo Martín, el puntagordero Audencio Candelario Godo, y los tijaraferos Francisco Rodríguez Pancho y Sabino Rodríguez, y el ya mencionado grupo de los verseadores entre otros, comparten escenarios con los cubanos Adolfo Alfonso, Roberto Pérez, Raúl Herrera, Fernando Murga, etc. Algunos de estos pasan largas temporadas en la Isla e imparten cursos de iniciación al arte de la improvisación”. “En estos años se inicia de la mano del Centro de la Cultura Popular Canaria la edición de libros impresos como las Décimas de Severo, recopiladas por Talio Noda y José Luis Martín Teixé, o la Leyenda de Cuquillo, también debida a este último y al cubano Mario Luis López, así como la aparición de numerosas grabaciones de autores específicos como Bernardo Gutiérrez, Pepe Rocha, el gomero Francisco Arteaga,  o recopilaciones de varios autores como la Antología del Punto Cubano o Punto cubano de Tijarafe”.

“La referencia se completa con un breve apunte al resurgir de la décima en los primeros años del siglo XXI, principalmente a través de la actividad de la Casa de la Décima en el municipio de Tijarafe y del Taller Insular de Verseadores dirigido por el fuencalentero Yapci Bienes y que ha conseguido aglutinar la maestría de los verseadores veteranos como Raúl Rodríguez, José Bienes Joseíto, Neri Leal o Bernardino Expósito con la irrupción de una nueva generación integrada por verseadores como Rodolfo Hernández, Nicolás González, Cristo Pérez, Daniel Cruz, Ángel Pérez, Javier Cabrera, entre otros, los cuales a su vez son transmisores de la tradición hacia los más pequeños bien en el entorno familiar o escolar”, indica.  

En definitiva, más de un centenar de autores repartidos por la práctica totalidad de los municipios de la Isla de La Palma a lo largo de distintas épocas con un minucioso repaso a la bibliografía existente, tanto en forma de libros y artículos como de grabaciones y que, como se señala Justo Pérez, pretende ser “un guion escalonado en el tiempo para que el rico y variado patrimonio cultural que constituye la décima en la Isla de La Palma alcance el merecido reconocimiento y sea transmitido a través de la enseñanza a las nuevas generaciones”.

La obra, resalta su autor, “invita a la reflexión sobre el relevo generacional en la décima y el papel de las instituciones en el mismo.  Si bien en otras islas el cultivo de la décima desapareció o bien se ha mantenido en un núcleo muy reducido de personas, en la Isla de La Palma ha mantenido un núcleo importante de practicantes y son frecuentes los episodios de canturías o celebraciones particulares en los que podemos encontrar más de una decena de participantes, aunque no todos ellos participen habitualmente en los grandes festivales o en las actuaciones en los escenarios”. “Como puede verse en la obra, el lazo familiar o de amistad próxima es el primer vehículo para garantizar el relevo generacional. Son frecuentes los casos de padres e hijos verseadores; Severiano Martín Cruz Severo, hijo de José Manuel Martín Borrallo; Francisco Rodriguez y Sabino Rodríguez, hijos de Leopoldo Rodríguez; Eremiot Rodríguez, ahijado de Gregorio Rodríguez; Audencio Candelario Godo y Adrián Candelario, hermanos, y más recientemente, Yapci Bienes, hijo de José Bienes Joseíto”. 

Otra de las conclusiones que se extrae de la obra es que “el cultivo de la décima ha estado asociado primordialmente al medio rural. Esto es un hecho compartido con otras islas, así como con otras regiones geográficas como Cuba, Colombia o Argentina.  Como otras manifestaciones folklóricas, cabría pensarse que el cultivo de la décima está amenazado por la globalización o la tecnificación de la sociedad actual. Sin embargo, en la parte final del libro se hace patente que lejos de ello, las nuevas tecnologías, y primordialmente las redes sociales, constituyen una nueva vía de comunicación y son una puerta para que un mayor número de personas se acerque al mundo de la décima o dé a conocer sus composiciones a través de los nuevos elementos de comunicación”, asegura Justo Pérez, quien recuerda que “desde hace años el Cabildo de La Palma y diversos ayuntamientos realizan y promocionan diversas actividades repartidas por toda la isla. Resulta muy interesante la labor realizada en algunos centros educativos como por ejemplo el IES de Puntagorda con la realización de talleres específicos editando incluso una obra compuesta por los propios alumnos”.  “Queda claro que el futuro pasa por la integración de la décima en el sistema educativo formando parte de la labor docente ordinaria, el reto consiste en que esto deje de ser una actividad puntual muy meritoria en algunos centros y sea una labor sistemática desarrollada globalmente en toda la Isla”, concluye.   

Etiquetas
stats