La Económica pide que el Consejo Económico y Social participe en la elaboración de un plan estratégico para La Palma
El pasado día 11 de septiembre, la Real Sociedad Económica de Amigos del País de La Palma (RSEAP) fue invitada por el presidente del Consejo Económico y Social de Canarias (CES) a intervenir ante el plenario de dicho organismo, para que aportásemos nuestra visión, en tanto que entidad de la sociedad civil de la Palma, sobre la situación socio – económica de la Isla post - volcán. Como diremos, el CES podría asumir un papel muy relevante en la elaboración de propuestas y alternativas a la vez que en la búsqueda de consensos acerca de nuestro futuro.
La RSEAP de La Palma fundada el 31 de agosto de 1776 ya en sus estatutos se plasman como objetivo, “procurar el progreso de la instrucción pública, el aumento de la riqueza de la Isla y el bienestar de sus habitantes”. Hoy como entonces, casi 250 años después esos objetivos, adaptados a las realidades del siglo XXI, continúan siendo nuestros propósitos.
Y entrando en la materia, queremos dejar constancia que, a nuestro entender, la Isla ya antes del 19 de septiembre de 2021 presentaba signos claros de atonía y agotamiento de su modelo socio - económico. Las estadísticas del ISTAC son fiel reflejo de este hecho. El volcán Tajogaite y sus efectos devastadores sobre una de las zonas más productivas en los ámbitos residenciales, agrícola/turístico y comercial de la Isla, a la vez que por sus penosas consecuencias para un significativo número de personas, no solo vino a agravar sobremanera la situación precedente perjudicada ya por los efectos de la pandemia del COVID, sino que puso sobre la mesa, con mayor crudeza si cabe, nuevos e importantes desafíos tanto para las instituciones públicas y privadas como para la población en general, especialmente para quienes sufrieron hace ahora tres años de manera directa los embates de las coladas.
No es objeto de esta exposición valorar las ayudas, las actuaciones, y los programas destinados a paliar los efectos de la emergencia que vienen siendo desarrollados por las diferentes administraciones, tal exposición ante el CES corresponde el presidente del Cabildo Insular y al comisionado del Gobierno central, siendo aquí y ahora nuestro cometido trasladarles la visión que desde La ‘Económica’ tenemos acerca de los retos futuros a los que se enfrenta nuestra Isla.
Centraremos por tanto este artículo sobre los tres ejes que fueron objeto de nuestra exposición ante el CES:
a) Población-Formación-Empleo
A1) La tasa de crecimiento acumulado de la población en La Palma a partir de 2013, a diferencia de las restantes islas salvo La Gomera, es negativa. Por otro lado, existen serias dudas, en base a indicios socio - económicos razonables, que el censo oficial de población de la Isla no se corresponde con la realidad. Creemos no equivocarnos si afirmamos que el mismo está sobredimensionado. Y en este campo, sin duda, tenemos un problema que abordar ya que de persistir en el tiempo esta situación, y de seguirse manteniendo tasas de crecimiento poblacional negativas, las posibilidades de revertir el actual ciclo económico decreciente son muy bajas, por carecer la Isla de una masa crítica poblacional que incentive el cambio de tendencia.
La creciente incorporación a la Isla de inmigración, procedente principalmente de países como Cuba y Venezuela, viene a paliar en parte la dinámica negativa en la que se encuentra nuestra base poblacional, pero, advertimos que, para que este proceso sea beneficioso, por las diferentes administraciones deberían estarse desarrollando medidas de integración cultural y formativa de esta población nueva para que la misma se integre de manera eficaz en la economía productiva de la Isla.
A2) En relación con el ámbito formativo/educativo, la educación primaria y secundaria que se imparte en la Isla entendemos que, con carácter general es satisfactoria, aun así, deberían incorporarse a esos centros mayores dosis de prácticas, aptitudes y cultura sobre la crucial importancia del manejo de las nuevas tecnologías, y herramientas tales como la IA. En este segmento formativo nuestra particularidad, tal como se viene señalando desde hace ya lustros, consiste en que la gran mayoría de las/os alumnos/as que acceden a través de esta vía a estudios universitarios, no suelen tener alicientes profesionales, ni establecen como prioridad regresar a La Palma, produciéndose de esta manera una importante fuga de “capital humano” joven.
En lo que concierne a los estudios y centros de Formación Profesional, y para que esta sea realmente eficaz, la misma ha de ser Dual, pero este sistema se ve condicionado en la Isla por la realidad de un tejido empresarial de muy pequeña dimensión, y por tanto carente de los medios adecuados (tutores e instalaciones) para contribuir al éxito de estos procesos formativos. Ha de ser tarea prioritaria abordar e implementar sistemas de formación profesional que permitan, faciliten e incentiven actividades tutoriales de manera concertada y/o mancomunada con seguimiento y supervisión pública, además de definir itinerarios y centros formativos adaptados a las características geográficas y poblacionales, así como concordantes con el modelo de desarrollo que se pretenda para el futuro de La Palma.
En cuanto al desarrollo de otro tipo de estudios superiores concurren en la Isla elementos objetivos que permitirían fomentar determinados tipos de estudios universitarios, principalmente de postgrado. Atraer alumnos y profesorado específico que desarrollen aquí másteres o cursos de esta naturaleza con carácter periódico y con continuidad en el tiempo, seria sin duda una gran oportunidad de futuro. Contamos para ello con instalaciones físicas y/o campos de experimentación en los terrenos de la astrofísica - astronomía, geología, geotermia, vulcanología, economía azul, biodiversidad, agricultura, restauración de arte y patrimonio, etc., un variado elenco nada despreciable. Sin duda, de conseguirse este tipo de especialización académica, se generaría conocimiento, actividad económica y nuevas oportunidades para nuestro desarrollo.
A3) La realidad del desempleo, circunstancialmente mitigado por los planes de formación y empleo post-volcán, (regados con importantes sumas de dinero público) no está siendo abordado con políticas que a medio plazo garanticen puestos de trabajo duraderos en el marco de una economía productiva, han primado actividades cortoplacistas y marcadamente clientelares. Tenemos fundados temores de que, finalizadas estas ayudas públicas, el desempleo vuelva al menos a los parámetros previos a 2019. Es necesario fijar un rumbo estratégico claro y definido, orientado a incentivar la economía productiva en segmentos de actividad que incorporen la cualificación y la innovación.
A mayor abundamiento, al hecho ya señalado de no producirse el retorno a la Isla de nuestros jóvenes formados fuera de ella, se une que resulta prácticamente imposible atraer hacia La Palma personal de media y/o alta cualificación, tanto en el ámbito de las actividades económicas de iniciativa privada, como por parte de las administraciones públicas. Sería preciso desarrollar alguna suerte de incentivo para revertir esta situación que empobrece el necesario liderazgo institucional y empresarial que la Isla demanda. Tenemos que hacer atractivas nuestras instituciones y nuestras empresas a profesionales y a trabajadores públicos, que contribuyan al desarrollo que demanda nuestra sociedad para elevar el nivel y el dinamismo empresarial y de nuestras instituciones y servicios públicos.
La demanda creciente en nuestras sociedades, en el sector poblacional de mayor edad en su vertientes asistencial, médica y de cuidados específicos, puede ser sin duda una oportunidad para desarrollar en este campo una fuente de especialización, empleo y formación, dotándonos para ello de un mayor número de plazas socio-sanitarias públicas, así como fomentando iniciativas privadas en este campo, que puedan convertirse en factor de generación de actividad económica que atraiga inversión, empleo y formación profesional especializada. Consideramos que en este nicho de oportunidad La Palma debe posicionarse.
b) Ámbito agrícola, una llamada de atención
Es una evidencia que la Isla viene perdiendo superficie cultivable, y no solo la que fue arrasada por el volcán. Es igualmente evidente que el monocultivo del plátano está desde hace ya bastante tiempo expuesto a incertidumbres productivas, comercializadoras y con no pocas dudas sobre el mantenimiento y la cuantía de las líneas de protección y subvención. Es necesario diseñar, desde el sostenimiento y la pervivencia de este cultivo, futuros agrícolas y ganaderos alternativos que sean viables desde el punto de vista productivo y comercial, acordes con los cambios medioambientales que ya percibimos de manera cada vez más explícita. Deberían abordarse proyectos e incentivos para la puesta en cultivo de las parcelas abandonadas desde los años 50 del pasado siglo, apostando por cultivos como el del olivo, las flores y plantas, hortalizas, plantas forrajeras, etc., que podrían dar lugar al incremento de entre el 10-20% de la superficie cultivable de la Isla.
Variables como la necesaria mejor gestión del agua disponible, la adaptación a los cambios en los ciclos climáticos y medio - ambientales en general, así como los tiempos de maduración que deben transcurrir en la evolución hacia nuevos cultivos, la incertidumbre sobre el mantenimiento rentable de las actuales producciones, la especialización en materia comercial y logística, etc., han ser tenidas en cuenta, ya que los cambios no se generarán por sí mismos, sino a través de planes diseñados y ejecutados con precisión, rigor profesional y voluntad política.
c) El eje institucional
Un territorio de menos de 750 km² con los enormes retos de todo tipo que su población y sus instituciones han de afrontar en esta etapa crucial de su historia reciente, está intervenido en la actualidad por 15 administraciones locales (14 ayuntamientos y el Cabildo Insular); más la acción y legislación del Gobierno y Parlamento de Canarias; Gobierno de España y la UE con sus diferentes, y en algún caso superpuestas competencias.
El actual marco de la gobernanza local, más allá de la actuación política, que también, es claramente ineficiente y escasamente cualificado debido en gran medida al tamaño y baja masa crítica de las propias administraciones locales, y la incapacidad real existente para atraer a gestores y funcionarios públicos de alta cualificación, imprescindibles para proyectar las acciones estratégicas que la Isla precisa. En este marco la capacidad planificadora, inversora y fiscalizadora de nuestros entes locales es francamente insuficiente y necesariamente mejorable. Lo mismo ocurre con el sector empresarial, ya que la pequeña dimensión de las empresas, de sus mercados naturales y la prácticamente nula expansión en ámbitos supra insulares, no las convierten en atractivo para la captación de capitales y ejecutivos de nivel que se precisarían para cambiar el rumbo socioeconómico.
Y este eje institucional tiene una importancia decisiva en la consecución de una gobernanza sólida, profesional y con capacidad para vislumbrar y ejecutar la planificación estratégica que resulta ineludible.
En base a lo expuesto concluimos formulándole al CES, organismo independiente no sujeto a la pugna político-electoral, y cuyos Informes y dictámenes sectoriales vienen teniendo reconocido prestigio, la petición que, dando un paso al frente ante la singular y delicada situación en que se encuentra nuestra Isla, acuerde y proceda a elaborar y aprobar un Informe Territorial sobre La Palma, (no solo de mera coyuntura), en el que se coordinen y complementen diferentes análisis sectoriales relativos a la evolución de nuestra población; del mercado de trabajo; de la incidencia en nuestra economía de los sectores públicos y privados; la transición en nuestras producciones agrícolas; la formación profesional; el fortalecimiento del sector turístico; el nivel actual y la evolución previsible en la prestación de servicios como Educación, Sanidad y la atención a la dependencia; la demanda de vivienda; la generación de políticas de empleo ‘verde’ en el mantenimiento de nuestro patrimonio natural y vulcanológico; el uso de energías renovables; la potenciación de las actividades relacionadas con la economía azul y la circular y otros.
De aceptarse por el CES esta petición de La ‘Económica’ de La Palma, podría abrirse una ventana de oportunidad para que, antes de que la singularidad de nuestra última tragedia natural quede relegada por otros acontecimientos globales y volvamos a quedar en un tercer plano de actualidad, podamos establecer futuros alternativos consensuados más allá de coyunturas y periodos electorales.
Este dictamen o informe territorial del CES podría servir para la formulación de un Plan Estratégico La Palma 2035 con amplios consensos, dentro y fuera de la Isla que nos permitiera convertirnos en referente europeo en materia de recuperación, reorientación, experimentación y tratamiento singular y disruptivo de territorios europeos con necesidades especiales.
La dimensión del territorio y la población, unidos a las singularidades ya señaladas hacen que La Palma reúna requisitos suficientes para poder erigirse como un “banco de pruebas experimental” que pueda generar riqueza, fije población y exporte innovación, sostenibilidad y nuevos estilos y formas de gobernanza.
*Elías Castro es director-presidente de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de La Palma
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