El Cabildo de La Palma “prosigue en su trabajo de fomento y apoyo al sector primario en la Isla”, indica en una nota de prensa. Por tanto, señala, desde la Institución se colabora en la realización de la jornada de huertos escolares ecológicos, una iniciativa que tiene el objetivo de enseñar a los niños y niñas de todos los colegios las labores a desempeñar en la agricultura, además de apreciar de este modo el trabajo realizado por los profesionales de este sector.
El consejero de Formación, Fernando González, expone la relevancia que supone para los menores y para el sector agrícola el poder adquirir estos conocimientos. “Este tipo de iniciativas supone una buena experiencia a nivel de aprendizaje y entretenimiento para los escolares, posibilitando que desde la infancia adquieran los procesos habituales en los huertos, y un aspecto clave, de manera ecológica, además de concienciar a los niños y niñas del trabajo que se realiza en el sector primario”, añade González.
Anima a los profesores a continuar con esta dinámica y extrapolar sus clases cuando sea posible al terreno, para acercar la naturaleza a los alumnos. “Este es un proyecto de desarrollo local sostenible que hay que intentar que perdure en el tiempo, además de buscar que poco a poco se expanda a otros territorios”, incide.
Los huertos ecológicos, se explica en la nota, son un elemento trascendental que favorece la salud alimenticia de los usuarios que consumen sus productos, debido a la ausencia de elementos perjudiciales en el proceso de crecimiento. Además, agrega, es una herramienta educativa muy potente debido a la actividad sobre el terreno que realizan los aprendices, poniendo en práctica muchos conceptos que se trabajan en el aula.
En este espacio, apunta, se refuerzan valores transversales como resolver problemas prácticos, la importancia de la observación, la paciencia, la relación entre los seres vivos, la flexibilidad frente a lo que es imprevisible o el origen de los alimentos.
A su vez, añade, este proyecto tiene el objetivo de concienciar medioambientalmente a los escolares, enseñando la importancia y los problemas que supone la contaminación del suelo o agua en los ecosistemas locales.
Las posibilidades pedagógicas de un huerto escolar ecológico, subraya, son ilimitadas, además de ser un ejemplo de evolución, supervivencia y de adaptación al medio. “La oportunidad de convivir en armonía con nuestro medio y de obtener alimentos sanos sin degradar ni contaminar lo hacen un elemento vital en nuestro día a día”, concluye.