''Me han querido relacionar con Arona para escudar a Rivero''
El subdelegado del Gobierno en Santa Cruz de Tenerife, José Antonio Batista, está convencido de que intentar relacionarle con el caso Edén, por una conversación telefónica que mantuvo con el ex edil de Coalición Canaria en Arona, Juan José Alayón, “no tiene más finalidad que echar una cortina de humo sobre la investigación judicial de la posible corrupción urbanística en ese municipio y sobre la comparecencia mañana en el Parlamento del presidente del Gobierno”.
El presidente del Gobierno deberá explicar este miércoles en la Cámara regional la llamada que realizó al alcalde de Arona, González Reverón, para intentar enchufar a una sobrina suya en la Policía Local de esa localidad. Batista insiste en que quiere ser “prudente” en sus afirmaciones, pero en una entrevista con CANARIAS AHORA, dejó entrever su “sospecha” de que “la maniobra” de hacer pública la conversación que mantuvo con Alayón para intentar regularizar la situación de un inmigrante, no tiene más finalidad que “ofrecer un escudo” a Paulino Rivero “para que éste pueda decir que el Subdelegado del Gobierno también está en el sumario del caso Arona y haciendo lo mismo. Al menos, esa es la impresión que yo tengo”.
Batista insistió, sin embargo, en las diferencias entre su llamada y la de Rivero. “Mi problema fue tener la mala suerte de llamar al móvil de alguien que era investigado, el señor Alayón”, y añadió que “se están intentando hacer paralelismos, como si mi conversación hubiera sido privada cuando fue una conversación de trabajo. A Alayón ni siquiera le conozco, así que yo no hice una llamada a un amigo. Hice una llamada para intentar resolver, si era posible dentro de la legalidad, la situación de irregularidad de una persona inmigrante, lo que forma parte de función como representante de la Administración del Estado”.
El subdelegado del Gobierno sostiene que hace ese tipo de gestiones “a diario” con particulares, ONG y sindicatos, “en asuntos que requieren una atención especial como era el caso, en efecto, de este inmigrante por el que Alayón me pidió ayuda, ya que el chico había escapado de Yugoslavia durante la guerra de Los Balcanes y ahora resulta que su país ni siquiera existe, que ahora es Bosnia”.