Retrogusto a felicidad y deber cumplido el que deja Canarias en Madrid Fusión 2021

Javier Suárez

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Les escribo estas líneas 48 horas después de que la edición más especial de Madrid Fusión haya cerrado sus puertas. Más de 15.000 personas han desfilado durante las tres jornadas en las que ponentes, empresas participantes, destinos gastronómicos, concursantes, profesionales de todo ámbito, han hecho del inconmensurable esfuerzo cometido por la organización de esta edición, que como caras más visibles tienen a Benjamín Lana y José Carlos Capel, todo un soplo de ilusión, energía y fuerza para un sector que jamás dará su brazo a torcer, desde el sector primario hasta el comensal que recibe los platos elaborados por la cocina de manos de la sala.

En este espacio de Por Fogones hemos ido contándoles todo lo que se ha ido viviendo en estas jornadas. Permítanme la osadía de que en este último artículo les hable de ese elemento intangible que no se ve, pero que sí se siente, y son las emociones y los sentimientos que uno ve cuando mira hacia atrás y analiza lo vivido desde una perspectiva un poco más sosegada.

Por ello empezaré por el espacio Saborea España, donde las islas de Lanzarote, La Palma, Tenerife y Gran Canaria estaban presentes. De las dos islas capitalinas hablaremos más adelante, comenzaré aquí dedicando unas palabras al esfuerzo que las otras dos delegaciones llevaron a cabo. Lanzarote, con Juan Bethancourt a la cabeza, siempre pionera dándolo todo gracias a un producto de primera que va mucho más allá del vino y los quesos como son las mermeladas Lala, los mojos Fefo, el Gofio de la Molina José María Gil, las cervezas NAO, el vinagre Lágrima de Malvasía Volcánica, las sales de Janubio, los vermú de Primo, los ahumados de Pescasol o el AOVE de Los Arroyo, entre otros. Para ponerlo en valor, jóvenes promesas y contrastados chefs de la cocina conejera.

La Palma, corazón y esfuerzo a partes iguales mostrando las virtudes de alguien único en las islas como es Pedro Suárez, chef y propietario de El Duende del Fuego, auténtico adalid del km0. Momentos únicos llenos de emoción para los palmeros los vividos con la visita al stand de Andoni Aduritz o la de Carmen Capote, una de las finalistas al premio como Mejor Pastelera Revelación en Madrid Fusión, palmera de nacimiento y que ahora regenta dos tiendas en Madrid, 24 Onzas.

Pero no es oro todo lo que brilla en los stands Saborea España, ya que son muchos los que claman un cambio de rumbo total en su estilo, al menos en lo que a Madrid Fusión concierne. Estos espacios se han convertido con el paso de los años en “los ventorrillos” donde ir a comer y beber sin que nadie te pregunte nada, pero también en hacer de los mismos un batiburrillo de propuestas sin identidad ni personalidad propia. Y el mayor o mejor ejemplo de ello lo podemos ver en la participación de Tenerife y Gran Canaria, absolutamente testimonial y simplemente cubriendo el expediente. Y esto último no lo digo como un reproche, sino como una reflexión a la hora de continuar adelante o no en próximas ediciones. Y, particularmente, si Saborea España no se replantea su condición, creo que lo mejor para destinos como Lanzarote o La Palma es salirse de esta esquina y apostar por un espacio propio dentro de donde se cuece de verdad Madrid Fusión, que no es precisamente en este rincón. La sensación de que Tenerife y Gran Canaria ya van por ese camino la tenemos en la apuesta ejecutada este año.

Ahora vamos con Tenerife, cuya apuesta fue sin duda la más abrumadora en cuanto a medios de todas las islas. La isla picuda ha apostado siempre por Madrid Fusión como uno de sus buques insignia a la hora de vender y mostrar al público peninsular el potencial que tiene como destino gastronómico. Este año, además, con una apuesta multidisciplinar que incluyó el patrocinio del I Concurso de Cocina con Mojos Madrid Fusión, armonizados además con vinos de Tenerife, que designó al tinerfeño Carlos Mesa como el primer ganador al mejor mojo en la historia del concurso. Ponencias en el Escenario Polivalente a cargo de Víctor Suárez (Haydée) con la cabra como protagonista, o en el Auditorio Principal con David Rivero (Kabuki Abama) sobre los túnidos que surcan nuestros océanos. A todo ello hay que sumarle el majestuoso túnel del vino donde más de 1.000 personas degustaron alguna referencia de la isla.

Pero si algo conquistó el corazón y también por qué no decirlo, los paladares de los asistentes a esta edición de Madrid Fusión dentro de la propuesta de Tenerife fue la inteligente y perfecta ejecución de su stand, convertido en un auténtico restaurante local donde Juan Carlos Clemente como chef ejecutivo y todo su equipo deleitaban hora tras hora a los invitados con desayunos, almuerzos y meriendas de auténtico lujo, degustando producto de la tierra. La exhibición del segundo día con el ronqueo de una pieza de atún a la que siguió al mediodía un menú degustación de 8 pasos con partes de la pieza ya cocinadas, un ejercicio de auténtico malabarismo con una impecable ejecución.

No me gustaría dejarme atrás la gran sorpresa que para muchos constituyó el poder probar los nuevos Vermouth de Tenerife, proyecto que arropado por el Cabildo de Tenerife está dando lugar a un producto de tremenda calidad y con una amplia gama para considerar que está dando sus primeros pasos.

A la hora de terminar el recorrido canario por esta edición me detendré en mi isla, Gran Canaria. Hay un dicho que reza, “de la carencia, virtud”, y el mismo puede aplicarse con todas las letras a la delegación de la isla redonda en este año. Con la incertidumbre previa sobre su participación o no, el acelerón dado en las últimas semanas una vez decidido que se estaría presente ha dado lugar a la que sin duda puede ser considerada como mejor presencia grancanaria en las ediciones presentes en Madrid Fusión.

La sobriedad y variedad de su propuesta, dinámica ejecución e inteligente retransmisión en riguroso streaming a tiempo real consiguió deslumbrar y cautivar a los asistentes que llenaron cada una de las ponencias y también al público que la seguía desde lejos. Chefs locales de reconocido prestigio, productores, chefs nacionales de renombre como Javier Vega, jefe de cocina de DStage (2 estrellas Michelin) y la canaria Nabila Rodríguez, inmersa de lleno en uno de los proyectos más interesantes a nivel mundial como es el Restaurante Alchemist de Copenhague con 2 estrellas Michelin también,  demostraron que la isla es un firme valor que ya ha dejado lo de promesa atrás. Sin duda alguna este primer paso dado en el 2021 donde Turismo (la consejería de la que cuelga la promoción gastronómica fuera de la isla) uniéndose a la experiencia que atesora la Cámara de Comercio de Gran Canaria, es el camino para ir sumando sinergias conjuntas en un futuro inminente que ya mira a enero del 2022, año en el que Madrid Fusión volverá a sus fechas habituales, que incluye ese frío capitalino que tanto hemos echado en falta muchos.

No me gustaría dejar fuera del recorrido por la isla redonda el stand de Aquanaria, esa lubina salvaje criada en las costas de Gran Canaria que se está convirtiendo en un producto imprescindible en los fogones de media España. Ahí además estuvieron las manos de chefs locales como Juan Santiago (Hestia), Nelson Pérez (Nelson) y Davidoff Lugo (Casa Romántica), deleitando a los comensales con sus creaciones. Mucha expectación ha causado el anuncio de Davidoff Lugo que se va a cocinar al norte de Gran Canaria en la propuesta que Víctor Lugo lleva unos meses levantando y donde una antigua casa del Valle de Agaete, reconocido restaurante en los años 80 de nuestra isla, vuelve a encender sus fuegos.

Como cierre, una reflexión que el sector lleva pidiendo a gritos como es la implicación de una vez por todas del Gobierno de Canarias en unir y dar paraguas a las islas participantes en Madrid Fusión. No se entiende cómo se les llena la boca a los políticos responsables a la hora de decir en eventos como FITUR y tantos otros que Canarias es mucho más que sol y playa, para cuando llega el momento de demostrarlo en la feria gastronómica para muchos más importante del mundo se hacen a un lado. Es muy triste ver como se desaprovecha la oportunidad de hacer marca Islas Canarias, algo que nos beneficiaría a todas y cada una, sin que eso signifique una intervención o suplantación del trabajo actual efectuado por los Cabildos Insulares, que al contrario que la institución regional, sí creen en la importancia de la cita y vuelcan todos sus esfuerzos en apoyarla. 

Muchos estamos cansados de ver que la apuesta de Turismo Islas Canarias por la gastronomía sea una escasa representación en FITUR o similares. Ojalá llegara el momento en que alguien de un golpe en la mesa y cambie el rumbo llevado por inercia en los últimos años porque ahora el futuro es diferente, tenemos mimbres para girar en modelo de un nuevo turismo como se empeñan en pedirnos los responsables políticos, pues ahora les toca a ellos cambiar también su estrategia de divulgación apoyando y apostando por redoblar los esfuerzos insulares abrigando a toda Canarias como una sola. Un ejemplo de ello lo pudimos ver con la Comunidad Valenciana, la cual presentó la Gala Guía Michelin 2022 que se celebrará el 14 de diciembre en Valencia y con su motivo organizó una cena de gala para 50 comensales donde 8 chefs con Estrella Michelin de toda la comunidad agasajaron a prensa e invitados de toda España. Y en Madrid tenemos un restaurante como es Gofio, con 1 estrella Michelin, en el que igual se podría hacer algo para demostrar que somos un destino con auténtico sabor, que en Madrid Fusión, que no se nos olvide, es de lo que se trata.

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