Más de 300 sanciones por pisar la arena protegida de Maspalomas

Dunas de Maspalomas.

Gara Santana

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El Espacio Natural de las Dunas de Maspalomas ha tenido que lidiar con muchas amenazas para subsistir desde que el sur de Gran Canaria situó en esas 404 hectáreas la joya de la Corona de los atractivos que la isla ofrece a los visitantes.

La erosión sedimentaria por culpa de las construcciones turísticas, la pérdida de especies protegidas y biodiversidad en el espacio natural o la alteración del paisaje por la acción humana no parecen ser motivos suficientes para que los turistas se conciencien de la importancia de cuidar por donde pisan. La multa es de 150 euros por cabeza, pero una vez el turista abandona la isla es bastante complicado localizarle para exigirle el cobro. Las grandes dimensiones del espacio hacen que sea una tarea casi imposible controlar a las personas que transitan sin permiso, lo que ha supuesto un total de 15.000 llamadas al orden, de las cuales 300 se han cristalizado en multas.

Malas influencias

Al glosario de imprudencias cometidas en el espacio protegido, este sábado se suma una que ha encendido todas las alarmas sobre el mal uso que se hace del patrimonio y sus delicados ecosistemas. Se trata de un reto viral protagonizado por varios youtubers que ha terminado por congregar este sábado a decenas de personas en las Dunas de Maspalomas en busca de dinero escondido.

Los creadores de contenido promocionaron un concierto en redes sociales anunciando que habían enterrado 1.000 euros en algún punto de la isla. Quien los encontrara, se los quedaba. La campaña finalizó con jóvenes usando sachos y palas en la arena protegida de la isla después de que los citados influencers adelantaran que ahí estaba la cantidad prometida. La Consejería de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria ha anunciado que presentará una denuncia en Fiscalía por estos hechos.

A pesar de estos hechos puntuales y de la dinámica general, el Cabildo de Gran Canaria no tira la toalla. El consejero de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, Raúl García Brink, explica a este periódico que las medidas no solo deben pasar por la penalización, sino también la concienciación, que es la clave de la supervivencia de este espacio protegido. No obstante, explica que apostarán por la digitalización en la zona, “que nos va a permitir saber dónde se está produciendo el tránsito de personas y mejorar la señalética en el lugar”.

Proyecto MasDunas

El proyecto Masdunas es una experiencia piloto que nace con la finalidad de buscar las fórmulas adecuadas para frenar la degradación ambiental que se ha ido produciendo durante los últimos 50 años en las Dunas de Maspalomas. De esta forma, se podría evitar la desaparición del campo de dunas móviles en los próximos años, conservando sus valores ambientales.

La construcción de la urbanización de Playa del Inglés produjo la alteración del flujo de viento, bloqueando el ciclo en unas zonas y acelerándose en otras. Esto trajo consigo un incremento de la cantidad de arena que sale al mar por la playa de Maspalomas. Además, cuando esta playa se erosiona durante los temporales del sur, parte de la arena cae a profundidades que impiden que vuelva a incorporarse al ciclo natural de arena. Se estima que al año se pierden 45.000 m3 de arena que van a parar al fondo del mar. Todo ello ha producido un incremento de la cobertura vegetal en zonas interiores, disminución de las áreas ocupadas por las dunas e incremento de las zonas erosionadas.

Un frágil ecosistema 

Asociado a las dunas hay todo un espacio natural delicado, que ha sufrido durante medio siglo las consecuencias de la explotación turística. Las especies exóticas invasoras de animales y plantas, así como el uso público intenso y desordenado, están desplazando a las especies nativas de la isla. Esto produce alteraciones en el funcionamiento del ecosistema y una pérdida del patrimonio natural.

La alteración de las rocas y la vegetación debido a la construcción de estructuras de leña o piedra donde se refugian las personas (goros), la apertura de nuevos senderos (con el consiguiente pisoteo de la vegetación y alteración de la dinámica dunar), el abandono de basura y otras conductas humanas generan impactos negativos sobre la biota local, la conservación del espacio y sobre las capacidades de uso del resto de visitantes.

Lo que se pretende Masdunas es la reintroducción en el sistema de 60.000 m3 de arena mediante un dragado en la zona emergida de la punta de La Bajeta, retranqueándola hasta un máximo definido por el perfil de playa de 1995. La arena extraída se reubica en la zona de playa seca de la Playa del Inglés. De esta manera, la arena reubicada es transportada de forma natural por el viento hacia la duna costera, caracterizada por la presencia de ejemplares de balancones (Traganum moquinii), que regulan el transporte de la arena y favorecen la formación de las dunas barjanas y cordones barjanoides, características de este sistema de dunas móviles, mejorar la calidad ambiental del sistema dunar, y el balizamiento de senderos. 

La repoblación de balancones

Para fortalecer la población de los balancones en las dunas, se propone introducir ejemplares de esta especie obtenidos a partir de germinación o esqueje. Estos individuos se plantarán tanto en la zona norte de Playa del Inglés cómo en las hoyetas interdunares de la Cañada de la Penca. Las plantas serán cubiertas por un protector que permanecerá durante el primer año y se regarán durante los primeros 9 meses. Además se realizará un seguimiento de la nueva población durante su primer año de vida. La intención es que recuperen su área de ocupación original.

Para García Brink es fundamental que el trabajo pedagógico y de concienciación a los turistas comience cuando aterrizan en el Aeropuerto de Gran Canaria. Que puedan ver paneles y carteles de las dunas donde también se hable de sus valores ambientales y la necesidad de dejar la menor huella posible con la vista puesta en que la belleza que encontramos cuando llegamos al mundo, tenga alguna oportunidad de sobrevivirnos.

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