Unos 7.000 niños canarios tienen altas capacidades intelectuales
En Canarias se estima que puede haber unos 7.000 niños con altas capacidades intelectuales, lo que contradice la idea de que estos casos son poco frecuentes, pero ese potencial puede “dilapidarse” si no se les ofrece una formación específica y adecuada.
Así lo indica la profesora titular de Metodología de Ciencias del Comportamiento de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Laguna, África Borges, en una entrevista a Efe con motivo de la clausura de la cuarta edición del programa integral para altas capacidades intelectuales, en el que han participado veinticinco familias con niños de entre 3 y 14 años.
África Borges subraya que Canarias tiene una legislación bastante avanzada en cuanto al tratamiento de las altas capacidades pero hay un punto “crítico”, y es que además de diagnosticar si un niño es “superdotado” falta que se le ofrezca una respuesta “específica y en condiciones dentro de las aulas”.
“Un niño superdotado produce a veces rechazo y miedo porque hay una idea equivocada de que son pequeños monstruitos, ya que se confunde la alta velocidad de aprendizaje con el conocimiento”, precisa.
Tener una alta capacidad es “bastante normal” y se calcula que un 2% de la población tiene un cociente intelectual por encima de 130 -la media es de 100- pero si no se contribuye a su desarrollo integral “estos niños se pierden, no llegan a alcanzar su óptimo rendimiento académico y profesional”.
Reitera la profesora África Borges que “la esperanza de nuestra región se pierde si no se aprovecha” este potencial, y confiesa que tiene la teoría “absolutamente castigable por políticamente incorrecta” de que se debe segregar la educación de los niños superdotados.
Esto implicaría tener una perspectiva “creativa” para su educación, formar profesores interesados en este aspecto “y que no se asusten” ante un niño con altas capacidades y agruparlos en una clase, aunque ello sea “un anatema”.
De hecho el programa integral en el que trabaja la profesora Borges -con información en la página de internet “http://gtisd.net”, comenzó en 2004 para afrontar los dos problemas “fundamentales” a los que se enfrentan los niños con una inteligencia superior.
Paradójicamente, uno de estos problemas es el bajo rendimiento escolar y el otro los desajustes en las relaciones personales y afectivas.
Estos niños tienen un ritmo de aprendizaje más rápido, por lo que cuando se repiten las enseñanzas -lo que ayuda a fijar el conocimiento para el promedio de escolares- ellos se aburren y llegan a “desconectar”.
Incluso hay historias dramáticas de niños que vomitan por ir a clase o tienen una tensión “espantosa” durante el curso escolar, pues ellos consideran que son “un rollo o molestan y comienzan a retrasar la entrega de sus tareas para ser iguales al grupo o no destacar”, relata Borges.
También pueden caer en el fracaso escolar porque se confían “muchísimo”, les basta con lo que oyen en clase y no adquieren hábitos de estudio, por lo que cuando llegan a un nivel de exigencia superior, como la Universidad, pueden fracasar “y su autoestima se ve altamente afectada porque no saben lo que les pasa”.
Por ello es fundamental la labor del profesor, que debe tener creatividad para estos casos porque “si se empeña en que todos son iguales, tendremos un problema”.
Además, la familia lo pasa “bastante mal” cuando llega a casa un niño “desmotivado y triste” y los padres deben enfrentarse a situaciones que les superan o que no saben cómo manejar.
África Borges explica que en el programa integral para altas capacidades se celebran dos sesiones al mes de hora y media cada una con objetivos específicos, como trabajar la autoestima, la relación interpersonal, la escucha, la negociación o el conocimiento de sí mismo o de su cuerpo.
Pero también una vez al mes se trabaja con los padres con un doble objetivo, el de aportar nuevas estrategias de educación para los hijos porque en la superdotación “hay mucho mito”, y además se fomenta la relación entre ellos, la resolución de problemas comunes con la cooperación, ya que este trabajo en grupo “les baja mucho la ansiedad”.
Las altas capacidades requieren investigación en aspectos que se desconocen y el mismo equipo está realizando diversos estudios, uno de ellos sobre predictores de rendimiento y un proyecto sobre adaptación social.
Para este último se ha efectuado un estudio en colegios del área metropolitana de Tenerife con más de 400 escolares para analizar aspectos predictivos del rendimiento y analizar el rendimiento académico, la inteligencia, los factores de adaptación personal, los hábitos de estudio y las estrategias de aprendizaje.
Curiosamente y en relación al porcentaje se esperaba encontrar al menos nueve niños superdotados y se localizaron 16, lo que África Borges atribuye al llamado “fenómeno Flynn”, esto es, que hay un “incremento de la inteligencia” debido a la mejor alimentación de las madres y el mayor nivel educativo de la población.