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La quema de rastrojos vuelve a ser la primera causa de incendio forestal en Gran Canaria

Presentación del balance de la campaña contraincendios. (EFE)

Canarias Ahora

Las Palmas de Gran Canaria —

El uso de maquinaria y las líneas aéreas han dejado de ser las principales causas de incendio forestal en la isla de Gran Canaria para cederle el lugar a la quema de rastrojos junto a los descuidos en actividades de ocio. Esta es una de las conclusiones del informe técnico de la campaña contraincendios de este año, un curso en el que se han registrado 37 conatos frente a los 54 del año anterior, si bien uno de ellos se convirtió en gran incendio forestal (GIF) el 20 de septiembre en Tejeda y arrasó una superficie neta de 1.937 hectáreas.

El presidente del Cabildo, Antonio Morales, presentó este martes el balance del cierre de la campaña contraincendios junto al consejero de Medio Ambiente, Miguel Ángel Ramírez, en un acto al que asistieron representantes institucionales y de los diversos cuerpos que actuaron en el incendio para poder trasladarles el agradecimiento por su actuación “en esta difícil situación, un fuego que avanzaba a mayor velocidad que la que corre una persona y que acabó con la vida de una mujer”.

La superficie neta es el resultado de ajustar el perímetro y descontar las bolsas interiores de combustible sin quemar, explicó el ingeniero analista de Fuegos Forestales del Cabildo, Federico Grillo.

El dato inicial, prosiguió, se toma desde helicóptero y con GPS, lo que arrojó una superficie bruta de 2.700 kilómetros, posteriormente se ajusta a través de imagen de satélite y filtros que diferencian vegetación viva de muerta, lo que dio como resultado una superficie de 2.400 hectáreas, y finalmente se ha podido determinar el perímetro a pie, con GPS y con imágenes de vuelo, lo que ha dado un valor de 1.937 hectáreas, “el dato más preciso y fiable”, así como un perímetro real, no trazado con líneas rectas, sino siguiendo el borde del fuego y las laderas, de 56 kilómetros, un dato que revela la dificultad que conllevó la lucha contra el fuego.

La comunidad científica, interesada en las quemas prescritas

La campaña de medio riesgo comenzó el 1 de junio y la de alto riesgo se mantuvo del 12 de junio al 20 de octubre y permanecerá en situación de medio riesgo aún hasta final de mes, subrayó el consejero.

El operativo ha contado con un total de 235 efectivos entre brigadas terrestres, presas, patrullas, agentes, vigilantes y helicópteros, entre otros, y el 31 de octubre pasará a estar formado por 80 personas entre los equipos presa, los agentes de medio ambiente, el personal del Cecopin y el equipo técnico, que retomarán las labores de prevención, como las quemas prescritas, informa la corporación insular.

El Cabildo señala que Gran Canaria es pionera en esta técnica y es de los pocos lugares que cuenta con datos de detención de frentes. Por ello, las conclusiones técnicas pormenorizadas serán objeto de estudio en los próximos meses, dado el enorme interés que suscitan en la comunidad científica y técnica de prevención de incendios, como es el caso de Castilla y La Mancha, cuyo Gobierno ha manifestado su interés por trasladarse a la Isla y conocer el resultado de las quemas prescritas en la gestión de grandes incendios.

Entre las mejoras que serán introducidas, anunció el presidente, el Cabildo creará una Jefatura de Prevención y Extinción, el contrato de los Bravo pasará de 4,5 a seis meses, firmará un convenio con los pastores para el pastoreo controlado en zonas de riesgo de incendios, elaborará un protocolo de actuación relativo a los animales, tal como demanda la ciudadanía, y se invertirá “más en verde para no invertir en negro”, exclamó el consejero, con el equivalente al céntimo verde, 4,5 millones al año, destinado a reforestar y, en esta ocasión, también a restaurar.

Según el Cabildo, durante el Gran Incendio Forestal de septiembre demostró su especial eficacia la limpieza perimetral de las viviendas 15 metros alrededor, y de hecho se pudo observar que todas ellas se salvaron de la quema, así como que “comience a remitir el bulo” de que no se puede acometer esta limpieza de vegetación. “No sólo se puede, es necesaria”, reiteró el jefe del Servicio Técnico de Medio Ambiente, Luis Fernando Arencibia.

De los 37 fuegos declarados este año, 34 fueron conatos (menos de una hectárea) y dos fueron incendios –uno en Ciudad del Campo de una hectárea y otro en Maipez de Tejeda con 3,6-, y uno fue gran incendio forestal, el de Tejeda, que adquirió esta categoría por superar las 500 hectáreas. La superficie total afectada este año fue finalmente de 1.944,3 hectáreas.

Por municipios

El fuego afectó a dieciséis municipios, se llevó la palma la capital grancanaria con seis fuegos, seguida por San Bartolomé de Tirajana con cuatro, Arucas, San Mateo, Tejeda y Telde con tres cada uno, en La Aldea, Moya, Artenara, Teror y Guía hubo que sofocar dos fuegos en cada municipio, y finalmente registraron uno Valsequillo, Ingenio, Valleseco, Santa Brígida y Gáldar.

Con todo, la superficie afectada este año, quitando el incendio, es de apenas 7 hectáreas frente a las de los últimos años, ya que el número de fuegos declarados descendió un 30% frente al 2016, cuando se declararon 54 y afectaron a 19 hectáreas, y frente a 2015, cuando se declararon 53 fuegos que afectaron a 75 hectáreas.

Unidad de investigación de fuegos

El Cabildo de Gran Canaria defiende que cuenta con una potente unidad de investigación de fuegos forestales cuyos resultados “marcan las acciones a emprender en materia de prevención”. Ello sirvió para detectar que en el periodo 2013-2015 las quemas de rastrojos dejaron de ser la primera causa de fuego por negligencia para pasar al tercer lugar, mientras que la cabeza de la lista pasó a ocuparla el uso de maquinarias que generan chispas como soldadoras o desbrozadoras. La segunda causa de los fuegos la ocuparon las líneas eléctricas y las deficiencias en su mantenimiento.

Entre las medidas puestas en marcha destacan el procedimiento para la inspección del estado de las líneas eléctricas en zonas de alto riesgo forestal (Zaris) o la campaña informativa Mayo para la prevención para informar de la relación entre incendios forestales y el uso inadecuado de maquinaria en el monte, una actividad que “quien necesite efectuarla, puede contar con el asesoramiento de la Consejería de Medio Ambiente, que también asesora para las quemas agrícolas, siempre antes de la campaña, ya que quedan prohibidas en cuanto comienza el riesgo de fuegos”. Charlas, carteles, dípticos e información por diversos medios también forman parte de las acciones de prevención.

La causa de los incendios de 2016 ha sido establecida ya en un 90,5% de los casos y, de los 37 fuegos declarados en Gran Canaria, se emprendió la investigación de 22 -el resto eran quemas agrícolas o de causa evidente-, y ya se ha dado con el origen de la mitad, mientras la otra mitad sigue en fase de investigación.

De este modo, y con la colaboración de la empresa titular de las líneas eléctricas, las investigaciones han desvelado que la causa eléctrica ha desaparecido de los primeros puestos en 2016 y 2017, mientras que el uso de maquinaria persistió en 2016 y ya en 2017 prácticamente ha desaparecido, lo que ha hecho que, por su descenso de estos dos orígenes, la quema de rastrojos haya vuelto a ocupar el primer lugar de las causas por imprudencias en 2016 y 2017 junto a las actividades de ocio, que este año han entrado en el ranquin y para las que también el Cabildo diseñará medidas.

La investigación del origen de los fuegos también ha puesto de manifiesto un repunte en los fuegos intencionados en Tejeda y un descenso en los tradicionalmente registrados en cazadores con motivo de la regeneración de pastos o limpieza de malezas.

Plan de Tratamiento Preventivo 2014-2020

Además de las quemas prescritas, por las que se tratan una franja de 800 hectáreas que cruza de este a oeste la isla para dividirla en dos, y posteriormente se sigue dividiendo la isla por sectores para que estas áreas de baja carga eviten el salto del fuego de unos a otros, el Cabildo acomete “trabajos de selvicultura en el fondo de los barrancos, en asentamientos rurales, en pinares y palmeras, y se actúa con los ganaderos para utilizar el pastoreo controlado como herramienta para la prevención de incendios”.

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