“Lo que le pido es que, cuando me toque volver a ingresar, y sé que será una de las últimas veces, pueda estar lo más cómoda posible. Que pueda despedirme de mi familia de la forma más humana posible, y que no tenga más miedo por el calor que por el propio adiós”. Así describe Marta, una paciente que estuvo ingresada en la planta diez del Hospital Universitario de Canarias (HUC), de Oncología, en plena alerta por altas temperaturas este mes de agosto cómo lo vivió ingresada y qué le pide al gerente de este centro hospitalario.
La paciente cuenta que tiene cáncer de mama en estadio IV y, por ello, relata en su carta que lo único que pide a la dirección del hospital es “que ese tiempo que me queda pueda vivirlo con dignidad y en paz”. Señala que en su reciente ingreso en el HUC ha vivido una “pesadilla” y que su familia tuvo que llevarle un ventilador para poder soportar el calor. “El personal sanitario, con toda su buena voluntad, nos ofrecía vasos de agua fría porque las botellas no llegaban a enfriarse”, relata.
Marta añade que su familia tuvo que comprarle botellas de agua e incluso una nevera pequeña. “En algunos momentos, me dieron compresas frías para aliviar la sensación de fuego que recorría mi cuerpo”, dice. Destaca que estas condiciones se dan en un hospital de referencia y que el personal se encuentra “agotado, ansioso y sometido a las mismas condiciones extremas que sufrimos los pacientes”.
Este miércoles se ha celebrado una reunión entre UGT con el gerente del hospital a la que fue invitado un sanitario que trabaja en la planta diez del hospital y ha vivido esa ola de calor con temperaturas de hasta 40 grados en su puesto, un episodio que se seguirá repitiendo en el tiempo de forma intensificada debido al cambio climático. “Tendremos olas de calor peores, con mucha calima, mucha temperatura y los hospitales nos hemos quedado atrás como el HUC”, destaca el portavoz de UGT Nuhacet González.
En ese encuentro se trasladaron una serie de propuestas para evitar el caos que se vivió en el hospital con desmayos y síncopes entre el personal y malestar entre los pacientes. Entre esas medidas, reclaman, por un lado, la climatización estructural y duradera de la planta y, por otro, la remodelación de baños y espacios comunes.
Sobre los baños, el personal indica en un escrito que cuentan con un escalón de unos diez centímetros que dificulta que una persona pueda asearse de forma autónoma, “lo cual impide mantener unas condiciones mínimas de higiene que resultan esenciales para sobrellevar el calor”.
Señalan que “ya ha pasado la ola de calor y, sin embargo, las medidas que se llevaron a cabo fueron pocas e incluso innecesarias. Además, no se trata de un hecho aislado: cada año las olas de calor son más frecuentes, más intensas y más prolongadas”. A su juicio, la colocación de tres aparatos portátiles o pingüinos no ha tenido apenas repercusión.
“Otra de las medidas adoptadas fue trasladar pacientes al cuerpo D. Inicialmente parecía adecuada, pero actualmente la planta ya se encuentra llena. Asimismo, se bloqueó la habitación 1010 con la intención de que el personal pudiera asearse y descansar, pero el calor sigue siendo el mismo, simplemente con menos personas”, resumen en un escrito.
En el documento trasladado a Gerencia explican que los y las pacientes continúan quejándose de forma constante, tanto de manera presencial como a través de las redes sociales. “Ayer mismo, durante la sedación de una señora, fue la propia familia la que tuvo que traer un ventilador para poder aliviar mínimamente a la paciente y a ellos mismos. Queremos recordar, nuevamente, lo perjudicial que resulta el uso de ventiladores en un centro sanitario, ya que favorecen la dispersión de patógenos y suponen un riesgo añadido para pacientes ya vulnerables”, apuntan.
Trabajar en “condiciones extremas”
“También queremos destacar la necesidad urgente de aumentar el número de profesionales. En las últimas semanas, la planta se ha visto reforzada con personal de suplencia que han sido testigo y ha sufrido en primera persona las condiciones extremas en las que actualmente se trabaja. Esta situación vuelve a evidenciar la insuficiencia de la plantilla actual y la urgencia de incrementarla de manera estable, suficiente y planificada”, inciden este documento de sanitarios.
En él se habla de la sobrecarga física que supone trabajar “con ratios de hasta 12 pacientes por profesional de enfermería en cada turno y también la enorme carga emocional que conlleva hacerlo en una planta de oncología”. “Nuestros pacientes son personas muy vulnerables, a menudo en fases avanzadas de la enfermedad, con un gran sufrimiento físico y emocional”, apuntan.
El personal describe que en muchas ocasiones, además de la atención clínica y la administración de una medicación compleja, esos pacientes requieren un acompañamiento humano “que implica escuchar sus miedos más profundos, como el de la propia muerte. No es infrecuente salir de una habitación tras mantener una conversación de este tipo y necesitar unos minutos para recomponerse antes de poder continuar”.
El personal pide un técnico en cuidados auxiliares de Enfermería y un profesional de la Enfermería, además de la presencia de un celador en horario de tarde. “Actualmente, cuando es necesario trasladar a un paciente a una prueba, ya sea a Radioterapia u otra prueba en cama, la planta queda con un solo técnico auxiliar para atender al resto de los pacientes, ingresos y cualquier incidencia que pueda surgir. En muchas ocasiones, la tarea recae en un técnico auxiliar, que debe abandonar sus funciones propias para asumir las de un celador, lo que afecta directamente la atención y seguridad del resto de los pacientes”, exponen sanitarios en un documento.
El representante sindical de UGT en el HUC Nuhacet González ha explicado a este periódico que su sindicato respalda las propuestas planteadas por los trabajadores y trabajadoras de esa planta. Subraya que desde la Gerencia se les trasladó que el problema del hospital se llama “kilovatios”, pues el centro dispone de una cantidad muy inferior a lo que deberían necesitar para tener aire acondicionado.
“Hablamos que hay pacientes que sus familiares les llevan ventiladores, pero no es posible conectarlos porque podría colapsar el sistema eléctrico del hospital y entonces no podemos decirles a una habitación que si y a otra que no”, apunta González.
El portavoz de UGT subraya que lo que se ha hecho hasta ahora es trasladar a pacientes más graves de la planta diez a otra área que sí que cuenta con aire acondicionado para mejorar su calidad de vida.
Un edificio sin la estructura necesaria para tener aire acondicionado en todas sus plantas
El pasado 11 de agosto, desde el Hospital Universitario de Canarias (HUC) afirmaron a este periódico que las plantas de hospitalización “se encuentran ubicadas en un edificio de más de 40 años (año 1971) que no cuenta con la estructura necesaria para poder instalar aire acondicionado en todas sus plantas”. No obstante, asegura que se han ha distribuido unidades portátiles de climatización en la planta diez, la más afectada por el calor.
Fuentes del Hospital remarcaron que la Dirección del centro “ha estado trabajando desde el momento de su llegada en la implantación de un sistema de climatización y ha tomado medidas a corto y largo plazo”. “Por un lado, el proyecto para la implantación de un sistema de climatización en las unidades de hospitalización y, por otro, la mejora de la envolvente térmica del edificio, esto es, a través de la remodelación y adecuación de las fachadas, con la incorporación de fachadas ventiladas y sustitución de la carpintería existente; y de la cubierta plana del edificio. Paralelamente, se está trabajando en aumentar la capacidad eléctrica”, aseguraron.
Las mismas fuentes incidieron en que el centro hospitalario ya cuenta con un anteproyecto para la climatización de las plantas de hospitalización y este año saldrá la licitación del proyecto de climatización de la planta 10.
“Dada la envergadura del proyecto y de los plazos que marca la ley para la licitación de la obra y de la asistencia técnica, se han llevado a cabo dos medidas provisionales para paliar el efecto de las altas temperaturas en las plantas 10, 9 y 8 que son las más afectadas: aplicación de la pintura térmica en la cubierta plana del edificio y colocación de lámina térmica en las ventanas y puertas balconeras de las habitaciones plantas 10ª, 9º y 8ª fachada sur”, destacaron desde el hospital.
La Dirección del centro hospitalario aseguró que “es consciente del malestar que ocasiona el aumento de las temperaturas, especialmente en un entorno donde el confort térmico es fundamental, por lo que está adoptando todas las medidas a corto y largo plazo para solucionar esta situación”.