La antigua fábrica de tabacos La Belleza de Santa Cruz de Tenerife albergará once viviendas de lujo

Noé Ramón / EFE

21 de agosto de 2025 16:55 h

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El edificio que en su momento albergó la fábrica de tabacos La Belleza en Santa Cruz de Tenerife, albergará once viviendas de lujo y, como se recoge en el catálogo del Plan General de la capital tinerfeña, mantendrá su fachada y antesala, al ser los únicos elementos protegidos.

El catedrático de Historia del Arte de la Universidad de La Laguna (ULL), Alberto Darias Príncipe, cree que ya se puede “dar por perdido” el histórico inmueble que siempre quiso que fuera conservado en su totalidad.

Darias opina, en declaraciones a EFE, que la idea de mantener la fachada y la primera crujía “es lo menos malo” pero se lamenta de que “nos hemos quedado con una ciudad que parece algo así como las bambalinas de un teatro, un simple escenario”, y considera que el interior tenía valor para ser también conservado.

En su momento expertos como el arquitecto Fernando Beautell también apostaron por una protección total del inmueble, situado en la calle Pérez de Rozas, y lamentaron que en el catálogo sólo se contemple la protección de estos dos elementos, decisión que calificó como “bastante incoherente”.

La exconsejera de Cultura del Cabildo de Tenerife Dulce Xerach, defensora del patrimonio industrial, indica que por desgracia, “no siempre es posible salvar la totalidad de este tipo de edificios como ocurrió con El Tanque de la refinería”.

Ve positivo que al menos se mantengan algunos elementos que “nos recuerden que en ese lugar existió un inmueble con importancia histórica y se les pueda dar uso residencial”, como en el puerto de Nueva York, con las antiguas fábricas convertidas en lofts y apartamentos.

En cuanto a la antigua fábrica recuerda que se encontraba “bastante deteriorada”, así que el hecho de que mantengan la fachada no deja de ser positivo.

“No podemos pretender que todos los edificios históricos se conviertan en centros culturales y lo importante es que al menos no pierdan su impronta y su esencia y conservar la fachada puede ayudar mucho en ese sentido”, dijo.

Recuerda que el hecho de mantener también la primera crujía tiene su relevancia dado que reforzará la esencia histórica del inmueble y además incluye la conservación del techo.

“No soy demasiado crítica con esta actuación porque prácticamente no quedaba otra posibilidad y al menos en el futuro habrá una referencia de lo que fue en su momento”, dijo.

Añade que el patrimonio industrial no se contempló en la ley de Patrimonio de Canarias hasta 2019.

La antigua fábrica está incluida dentro del catálogo de la entidad internacional Documentation y Conservación de edificios, sitios y barrios del Movimiento Obrero (Docomomo) que reconoce las piezas más valiosas de la época moderna y busca, divulgar, inventariar y proteger estos elementos.

En la correspondiente ficha se recuerda que originalmente estaba situada en la zona de expansión de la ciudad, formaba un conjunto de corte racionalista con la vivienda y los jardines del propietario, ya desaparecidos, al igual que su fachada lateral, “lo que lo dejó muy mermado”, se indica.

El edificio tenía un espacio central cubierto con un tragaluz desde el que se organizaba y permitía el conjunto de actividades que se llevaban a cabo en el interior.

Para Docomomo, “la simetría en la fachada principal y el uso de molduras en las cornisas, la limpieza de los huecos y la transición entre las dos fachadas originales hacen de este edificio uno de los más interesantes de la producción del arquitecto grancanario Miguel Martín Fernández de la Torre”.

La construcción se llevó a cabo entre los años 1929 y 1930 y “tanto el dominio de la volumetría como la composición racionalista” hacen que sea una pieza fundamental en la trayectoria del autor y “atestiguan su madurez”.

Con posterioridad sufrió un incendio que dejó muy mermado su interior, en el que llegaron a situarse algunas tiendas hasta que finalmente quedó en estado de total abandono.