El Gobierno se conmueve

Hasta las diez de la noche no llegó a los periódicos una nota de prensa del Gobierno de Canarias que de modo oficioso nos anunciaron que iba a producirse, “dentro de una hora”. Eran entonces las cinco y pico de la tarde y nos consta que en entorno de Adán Martín se analizaba con mucho detenimiento lo poco que sabían del auto del juez del caso Mogán remitiendo una pieza separada al TSJC en relación con el presidente Adán Martín; su jefe de gabinete, Salvador Iglesias, y el consejero de Medio Ambiente, Domingo Berriel. Mentalmente repasaban las conversaciones que los tres han mantenido por teléfono con el empresario Santiago Santana Cazorla, que llevaba meses intentando que el Gobierno le bendijera 3.600 camas ajenas a la moratoria turística en la urbanización Anfi Tauro. Y llegaron a la conclusión de que fueron conversaciones “normales” en las que, efectivamente, el empresario reclamaba, del modo que él tiene de hacer las cosas, que le resolvieran ese expediente. Pero falta por saber en qué momento esa normalidad pudiera haber entrado en el tráfico de influencias. Si es que entró, porque nada hay de momento que incrimine a nadie.