No tenemos ni la más remota idea de qué tipo de elementos llenan el resto de vitrinas y estanterías de la casa del alcalde de Santa Brígida, donde fue fotografiado para La Provincia, pero en la que se vio no aparecía ni un libro, ni siquiera un mísero comic que sirviera para evadirse de toda la colección completa de naves, lanzaderas, escudos, espadas, soldados... de La Guerra de las Galaxias que llenaban un testero completo sólo interrumpido por el espacio que ocupaba un televisor . Será que su biblioteca completa, de la que se ha nutrido el Niño Bravo para complementar su formación académica, se encuentra en otra estancia de la casa que no se muestra a las visitas. Él es de natural chispeante y rápido de reflejos en las contestaciones, a veces demasiado chispeante y rápido, lo que le ha acarreado más de un disgusto personal y político. Y de esas dos cualidades salieron respuestas poco meditadas, como la que le llevó a afirmar, ya en clave galáctica, que “hemos pasado de una Santa Brígida gobernada por el reverso tenebroso de la fuerza (hasta cuatro alcaldes en un mandato) a la libertad por la que luchaban los rebeldes”. Precioso y muy peliculero, sí señor, si no fuera porque los últimos alcaldes de esa villa han sido todos del PP, partido del señor Bravo de Laguna: Antonio Díaz y Carmelo Vega, con los que gobernó codo con codo.