Un millo para José Mari

José Mari Ponce fue un gran piloto de rallies, y seguramente será una gran persona. Un problemón con la residencia familiar, afectada por el dominio público de Costas, le llevó un día a la política, y en ella sigue tratándose de forjar un hueco que le convierta en un hombre importante en la ciudad de Arucas. Gobernó en ese Ayuntamiento hasta que se quebró el pacto entre su partido, el PP, y los socialistas, que se hartaron de ciertas traiciones e imposiciones (Valora, siempre Valora) y se entregaron a un pacto con CC. Recordarán que, en un rapto de rabia incontenible, José Mari Ponce dejó caer entonces que por culpa de ese desplante se acabarían las inversiones del Cabildo en la ciudad, y tuvo que salir el mismísimo Soria a calmar a su atolondrado cachorro. Este viernes, Ponce ha dado un nuevo salto al vacío, con tirabuzón y pata a fondo a rás, para demostrar al mundo que la política todavía no es su fuerte.