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Los recelos hacia el turismo crecen tras conocer a fondo los impactos del sector, acredita un estudio en Gran Canaria

Zona de cruceros del Puerto de Las Palmas - AUTORIDAD PORTUARIA DE LAS PALMAS -

Toni Ferrera

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Para comprender mejor las consecuencias del turismo, una investigación en Gran Canaria propone una lógica receta: hay que leer, por muy simple que parezca. Un grupo de 141 alumnos del grado de Turismo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) respondieron a cuestionarios antes y después de recibir un curso especializado sobre los impactos del sector de los cruceros, cada vez más relevante en las Islas. Los resultados de ambas encuestas demuestran que los estudiantes, después de nutrirse de información precisa sobre esta industria, están más preocupados por las externalidades negativas de dicha actividad, son más partidarios de establecer una tasa por pasajero y están menos de acuerdo con que los gobiernos incentiven económicamente la llegada de barcos de este tipo.

Las conclusiones del trabajo han sido publicadas en un estudio recientemente difundido en la revista Tourism Economics. El alumnado expuesto a ambos sondeos recibió clases específicas durante un mes sobre los fundamentos del transporte y su influencia en el sector turístico, tales como análisis de redes, diseño de rutas, oferta y demanda de viajes y precios de trayectos. También analizaron en profundidad los sectores del turismo de cruceros y de las compañías aéreas. Al mismo tiempo, trataron las repercusiones de esta actividad económica en el medio ambiente y los objetivos de sostenibilidad. Todo esto siempre en el primer trimestre del segundo curso del grado de Turismo de la ULPGC.

Las encuestas fueron distribuidas en tres años distintos, 2019, 2020 y 2021. Haberlo hecho antes y después de la pandemia ha permitido a los investigadores explorar los posibles cambios tras la crisis de coronavirus, que dinamitó a la industria turística. Cada cuestionario incluía 21 afirmaciones destinadas a captar las creencias de los estudiantes sobre diversos efectos económicos, ambientales y sociales, ya sean positivos o negativos, del turismo de cruceros en el Archipiélago. El grado de afirmación iba desde “1”, que significaba estar “totalmente en desacuerdo”, a “5”, que era lo mismo que estar “totalmente de acuerdo”. Realizar este experimento con alumnos del grado de Turismo “ofrece la ventaja de examinar el efecto de la formación sobre las actitudes en una muestra de individuos más cercana a la población general”, consideran los firmantes de la investigación.

Las respuestas de los sondeos muestran diferencias significativas entre ambos. En el segundo, los encuestados están más de acuerdo con que la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria está más sucia cada vez que un nuevo crucero atraca en el puerto, es “incómodo” acudir a espacios públicos por el alto número de cruceristas, la contaminación atmosférica y el ruido aumentan por esto mismo, una tasa turística debería ser establecida por cada pasajero y es un sector económico que ocasiona un crecimiento general de los precios. Que esta industria ha ayudado a mejorar las infraestructuras de la capital grancanaria, genera “muchos puestos de trabajo” en la isla o los visitantes están “muy interesados en nuestra cultura y contribuyen a preservar nuestras tradiciones” también gana consenso.

Aunque sea “meramente descriptivo”, indica el estudio, estos resultados sugieren que el alumnado muestra “más preocupación” por los efectos negativos del turismo de cruceros después de las sesiones del curso específico en la materia. Además, exhiben menos apoyo a las siguientes afirmaciones: los gobiernos deberían incentivar económicamente la llegada de cruceros, es positivo que las tiendas abran los días festivos y ver cruceros atracados en el puerto produce una sensación positiva.

“Es interesante conocer los impactos y medirlos porque lo que no se puede medir no se puede controlar. Lo que no se puede controlar no se puede gestionar. Y lo que no se puede gestionar no se puede mejorar”, reflexiona Beatriz Tovar, catedrática en Economía Aplicada por la ULPGC y primera autora de la investigación, en la que también han participado David Boto-García y José Francisco Baños Pino, del Departamento de Economía de la Universidad de Oviedo.

“El conocimiento de la industria [de cruceros] te permite entender que hay problemas que se han generado en algunas ciudades portuarias, como por ejemplo la saturación de espacios públicos en Barcelona o Venecia, que no tienen por qué existir en otras. Es importante que un estudiante del grado de Turismo lo sepa porque no necesariamente va a desarrollar su vida profesional aquí”, continúa la experta.

Tovar y el resto de los firmantes del trabajo académico creen los hallazgos de este “tienen implicaciones relevantes para las autoridades de las comunidades que dependen en gran medida de la industria de cruceros”. En los diez primeros meses de 2023, el Archipiélago recibió 1,8 millones de pasajeros. El estudio rescata otras investigaciones en la que queda demostrado que “los beneficios económicos locales del turismo de cruceros”, en este caso, “no llegan a materializarse cuando este se desarrolla sin inversiones adecuadas que compensen los elevados costes medioambientales y la implicación de las comunidades de destino”.

Por otra parte, los expertos destacan la importancia de conocer “los efectos del turismo de cruceros” para “mejorar el bienestar”. La ciudadanía podría “no apoyar algunas políticas” que sí son “socialmente eficientes” simplemente por “falta de conocimientos específicos”, incide el texto. “Lo correcto es conocer y tener en cuenta todos los efectos, positivos y negativos, que genera [una actividad económica]. De tal manera que estos se tengan en cuenta en el diseño de políticas que tiendan a reducir los negativos a la vez que potenciar los positivos”, remacha Tovar.

A pesar de estar enmarcado dentro del turismo de cruceros, los investigadores creen que las conclusiones del estudio “podrían extrapolarse a otros entornos y zonas donde la industria turística contribuye a las economías locales al tiempo que produce algunas externalidades negativas para los residentes”. Es decir, realizar estos mismos cuestionarios, pero sobre los niveles de congestión o gentrificación asociados al turismo de masas. El Instituto Canario de Estadística (ISTAC) anunció precisamente hace unos días la puesta en marcha de una encuesta en el Archipiélago que sondeará la percepción de los canarios sobre los impactos del sector turístico. Esto surge días después de conocerse las manifestaciones convocadas para el 20 de abril en cinco de las islas contra el “actual modelo turístico” que han generado “preocupación” en el Gobierno regional y la patronal hotelera.

Al igual que Tovar y los otros dos autores del trabajo, el ISTAC espera que la información recopilada resulte “muy relevante” para planificar, evaluar y desplegar políticas sociales en beneficio de la población. 

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