Tres días en Washington: La explanada nacional, los grandes monumentos y los memoriales

Viajar Ahora

31 de mayo de 2025 10:15 h

0

Para visitar Washington DC hay que tener tiempo y ganas de caminar. La capital federal de los Estados Unidos se caracteriza por ser una ciudad a la europea y a diferencia de otras metrópolis norteamericanas se deja caminar con relativa facilidad. Más allá de los enormes barrios de los suburbios, con sus típicas casas con jardín y grandes centros comerciales, el centro histórico de la ciudad tiene un parecido más que apreciable con las grandes capitales del Viejo Mundo. Aquí se puede caminar. Y bien. Una de las características de la capital es la concentración de símbolos nacionales y la existencia de grandes museos de primer nivel mundial con el mítico Smithsonian Museum a la cabeza. La ciudad da para mucho, pero con tres días es más que suficiente para poder verla con tranquilidad y darse el lujo de pasar un par de veces por lugares que merecen la pena verse a diferentes horas del día. Así que para esta primera jornada (iconos azules en el mapa) nos detendremos en el gran eje patrimonial de la ciudad: la Explanada Nacional y los alrededores de la Casa Blanca. Por la tarde cruzaremos el Río Potomac para visitar Arlington y volver al entorno de la explanada al caer la noche para ver la espectacular iluminación de los grandes monumentos.

TRES DÍAS EN WASHINGTON: LOS MUSEOS Y CAPITOLIO HILL

TRES DÍAS EN WASHINGTON: GEORGETOWN

El principio de todo en The Ellipse.- Empezamos nuestra visita en The Ellipse, una enorme plaza pública que sirve de nexo entre la Explanada Nacional y la Casa Blanca. Nos dirigimos primeramente hacia la residencia del presidente de los Estados Unidos como primer hito de la mañana. Si tienes programada la visita debes saber que los horarios empiezan a las 8.00 y terminan a medio día. Para solicitar la visita tienes que ponerte en contacto con tu embajada nacional en el país y solicitar la visita. Es un trámite muy complicado para extranjeros por lo que la experiencia se suele limitar a ver la fachada del edificio desde la verja de Pennsylvania Avenue y echarle un vistazo al White House Visitor Center (Pennsylvania Avenue NW, 1460) donde puedes ver una exposición de objetos sobre la historia del edificio además de tener un buen mirador.

En torno a la Casa Blanca puedes ver algunos edificios importantes. A los dos costados de la Casa Blanca tienes el Edificio Nacional del Tesoro (Pennsylvania Avenue) y el Eisenhower Executive Office Building (17th St NW, 1650) y en los alrededores del centro de poder del ‘Imperio’ hay un pequeño conjunto monumental que se articula en torno a dos grandes plazas emblemáticas de la capital estadounidense: Lafayette Square y el conjunto que forman Pershing Park y Freedom Square.

Lafayette suele ser uno de los puntos de presentación de la ciudad. La vecina más famosa de esta plaza enorme es la propia Casa Blanca que se sitúa al sur de Pennsylvania Avenue. El conjunto es muy bonito pero hay un par de hitos en los que merece la pena detenerse. Desde el punto de vista histórico hay que ver Dolley Madison House (H St NW, 1520) y la Little White House del Presidente McKinley (H St NW, 1516), dos edificios de principios del XIX que sirvieron de residencia a dos presidentes del recién nacido país. En esta parte de la ciudad pueden verse una colección de edificios que nos llevan a las primeras décadas de existencia de la nación. Hay que tener en cuenta de que la ciudad se creó de la nada en 1790 como capital del país. Fue una ciudad por encargo y el arquitecto francés Pierre Charles L'Enfant fue el encargado de planear una ciudad en cuadrícula que superara el urbanismo de fortuna de las colonias inglesas: piedra y orden ante el barro y la madera. Y el centro de esta nueva ciudad se planteó desde el eje Casa Blanca-Lafayette Square. En la plaza hay otros buenos ejemplos de esta primera fase de crecimiento: Ashburton House (H St NW, 1525), la Iglesia de St John (H St NW, 1523); Decatur House (Jackson Pl NW, 748) –que jugó un papel destacado en la lucha por la abolición de la esclavitud-; la Peter Parker House y la Lee House (Jackson Pl NW, 700).

La Galería Renwick (Pennsylvania Avenue NW, 1661).- Este magnífico edificio alberga la sede del Museo de Arte Americano del Smithsonian Museum y nació con la vocación de convertirse en el ‘Louvre’ norteamericano ya que se concibió desde el principio como museo de bellas artes aunque la Guerra Civil norteamericana lo integró al catálogo de edificios oficiales albergando varios organismos oficiales hasta bien entrado el siglo XX cuando se planteó, incluso, su derribo. La entrada al museo es gratuita.

El otro polo de atención en torno a la Casa Blanca es el eje que forman Pershing Park y Freedom Square. Aquí nos encontramos con uno de los edificios más hermosos del país: el The Willard Center (Pennsylvania Avenue NW, 1455), un ‘rascacielos’ espectacular de sabor parisino que hoy alberga uno de los grandes hoteles de la capital. Otro espacio que nos parece increíble es Woodrow Wilson Plaza, una pequeña plaza enclaustrada entre grandes edificios oficiales (el Ronald Reagan Building) que merece la pena verse. Otro imprescindible en la zona es el Waldorf Astoria (Pennsylvania Avenue NW, 1100) otra maravilla arquitectónica que guarda un pequeño guiño histórico ya que aquí se encontraba el Old Post Office Pavilion, antigua oficina central de correos de Washington (su torre sólo es superada en altura por el Monumento a Washington).

La Explanada Nacional.- Es el lugar que ver en Washington por antonomasia y su imagen paradigmática. En esta primera jornada nos dedicaremos al extremo occidental de este gran espacio público entrándonos en tres de sus hitos más importantes:

El Washington Monument (15th St NW, 2) es el símbolo de la ciudad por antonomasia. Este obelisco de casi 170 metros de altura se empezó a construir en 1840 y se terminó en 1884 y se proyectó como un símbolo del cambio político que supuso la obra vital de George Wahsington; tal y como se hacía en Egipto cuando un nuevo faraón llega al poder. En este caso el nacimiento de la república. El obelisco se puede visitar por dentro a través de un ascensor que sólo demora un minuto en subir el equivalente a 60 pisos. Las vistas desde los pequeños ventanucos de la cúspide es brutal. La situación del obelisco justo en la confluencia de la Explanada Nacional y The Ellipse permite ver los grandes edificios públicos y memoriales desde un solo punto.

El Memorial de los veteranos de Vietnam (Henry Bacon Dr NW, 5).- En la Explanada Nacional hay otros memoriales dedicados a algunos de los innumerables conflictos bélicos en los que se ha visto involucrado el país a lo largo de su historia (junto al Obelisco de Washington está el de la Segunda Guerra Mundial y un poco más hacia Lincoln Memorial el de Corea), pero el que más nos impresionó fue el dedicado a los veteranos de Vietnam. En un enorme muro (aquí al monumento lo llaman con un contundente ‘La Pared’) se pueden leer los nombres de los soldados muertos en una guerra que el país trató de ocultar por la vergüenza de la derrota y los muchos crímenes que se cometieron. Es un lugar con una carga emotiva muy grande y sin la grandilocuencia de otros memoriales.

El Lincoln Memorial (Lincoln Memorial Cir NW, 2).- El Templo. Así de sencillo y claro. Mirando de cara la inmensidad de la Explanada Nacional en un gesto de majestad. Para los estadounidenses el otro gran padre de la nación es Abraham Lincoln; el honesto Abraham. El que tuvo que lidiar con la Guerra Civil y el gran problema que suponía la esclavitud en el Sur algodonero. Este memorial a modo de templo clásico es otra de las imágenes paradigmáticas de la ciudad. Desde aquí puedes ver el Obelisco reflejado en la ‘Reflection Pool’, esa enorme pileta que forma parte de la historia visual del mundo… Forrest!!!

Cruzar hasta Arlington (Memorial Ave, 1 –Fort Mayer-).- El culto al soldado muerto es común en los países de lengua inglesa. Cruzamos el Río Potomac por Arlington Memorial Bridge para adentrarnos en uno de los grandes cementerios militares del mundo. Aquí hay casi medio millón de tumbas de militares: algunos verdaderas celeridades (hay varios presidentes, por ejemplo) y la gran mayoría soldados anónimos de muchas guerras. Es un lugar que impresiona más allá de la glorificación de la guerra (algo que también pasa en el Reino Unido).

Una noche en la Explanada Nacional.- Es una experiencia única. Hay varios tours que recorren los principales monumentos y memoriales pero no es mala idea ir por libre y completar la visita de la mañana parándose en los hitos principales y buscando la foto perfecta de los reflejos del estanque. Los puntos clave de la visita nocturna son los memoriales de las diferentes guerras y el pabellón de dicado a la figura de Abraham Lincoln.

Fotos bajo Licencia CC: angela n; Jonathan Cutrer; Anna Levinzon; David; Pedro Szekely; emilykneeter; John Brighenti; Alonso Javier Torres; Gage Skidmore