Eurovisión se juega su futuro y fuerza a España y RTVE a su gran decisión: las claves del día definitivo sobre Israel

José Pablo López (RTVE); Yuval Raphael y Eden Golan, representantes de Israel en Eurovisión

Laura Pérez / Adrián Ruiz

3 de diciembre de 2025 20:45 h

Llega el momento definitivo para Eurovisión. Este jueves 4 de diciembre arranca la Asamblea General de la Unión Europea de Radiodifusión, la reunión en la que se decidirá si Israel participa en la próxima edición del festival y, en consecuencia, qué ocurre con España y los otros países que han condicionado su futuro a la expulsión del país hebreo. En las próximas horas conoceremos si hay vida para el histórico certamen musical o si, por el contrario, firma su sentencia de muerte.

Como hemos ido analizando los últimos dos años en verTele, la credibilidad de la UER y de Eurovisión ha ido mermándose desde que decidió que el genocidio de Gaza no era razón suficiente para expulsar a la KAN israelí ni de Malmö 2024 ni de Basilea 2025, ofreciendo al gobierno de Nethanyahu un escaparate de audiencias millonarias para dominar el relato. En ambas ediciones, Israel pudo pasear su bandera (y propaganda) por el escenario eurovisivo sin reparos mientras la cifra de muertos en Palestina se aproxima a los 70.000 y no deja de aumentar a pesar del anunciado alto el fuego.

Tras rozar la victoria tanto en Suecia como en Suiza, donde las campañas gubernamentales para comprar el televoto casi alcanzan su objetivo sin un atisbo de sanción por parte de los organizadores, llegamos al 'ahora o nunca': o en el 70 aniversario del festival la Unión y sus miembros toman la decisión de despolitizar el concurso expulsando a aquellos que lo politizan, como se hizo con Rusia o Bielorrusia en el pasado, o será difícil que este vuelva a recuperar el prestigio que un día tuvo.

Y es que tal como expusimos recientemente en un artículo, los asesinatos a civiles y niños en la Franja no son el único motivo por el que se debería dejar de dar voz al opresor, que también. Si nos creemos que Eurovisión es un festival de televisiones y no de gobiernos, como argumenta la UER, la KAN de Israel ha dado razones más que suficientes para ser expulsada, al menos, del festival. Porque sí, la cadena ha incumplido normas capitales de la propia Unión y también del certamen, siendo sus canciones politizadas las más visibles... pero no las únicas.

Sin detenernos de nuevo en aquello que ya analizamos, sí es pertinente afrontar esta decisiva Asamblea General recordando cómo se ha llegado hasta aquí y qué perspectivas hay. Porque si en un primer momento se decía que la decisión sobre Israel iba a ser democrática entre las cadenas, a horas de su arranque parece poco probable que el país hebreo vea peligrar su permanencia. La sobreprotección de la UER y sus volantazos con este tema dejan claro que, quien no quiera compartir escenario con ellos, tiene la puerta abierta. Falta saber sí RTVE la atraviesa, o no.

Cronología de la cumbre: de la votación al 'debate'

Aunque nuestra televisión pública ya pidió abrir un debate interno sobre la participación de Israel antes de viajar a Basilea, los resultados de la edición de 2025 supusieron un punto de inflexión en este conflicto. Muchos no lo vieron venir, pero como ya habíamos anticipado en verTele, lo de Malmö fue solo un ensayo para lo que estaba por venir en suelo suizo y, efectivamente, la israelí Yuval Raphael estuvo a punto de ganar Eurovisión. Presentada desde un inicio como una superviviente a los ataques de Hamás del 7 de octubre, la candidatura de la artista fue el centro de una campaña gubernamental para desplegar su discurso ante grandes audiencias y, televoto mediante, vender un falso apoyo europeo.

Con la permisividad de la UER, la delegación de la KAN campó a sus anchas por Basilea y no sólo se silenciaron los abucheos del público durante su actuación, sino que los organizadores también amenazaron a RTVE por un mensaje que Tony Aguilar y Julia Varela pronunciaron en semifinales simplemente dando la cifra de muertos en Gaza y pidiendo la paz.

Tras finalizar la edición en mayo, varios países se plantaron y pidieron cambios en el televoto para evitar otras situaciones similares en el futuro. Pero las que lideraron las protestas fueron aquellas televisiones públicas que dijeron, sin medias tintas, que se retirarían si Israel continuaba en la competición de cara a Viena 2026. Una de ellas fue, en septiembre, la española RTVE; pero también la AVROTROS de Países Bajos, la RTÉ de Irlanda, la RTV SLO de Eslovenia y, con algo más de dudas, la cadena de Islandia.

Israel, durante el desfile de banderas de Eurovisión 2025

Con este contexto, incluidas las manifestaciones de ministros del gobierno español como Urtasun, la UER anunció que adelantaría al mes de noviembre una sesión extraordinaria para votar la expulsión de Israel del certamen. La Unión dejaba ver así que había escuchado las demandas, también las de un gran sector del público, sometiendo a votación una de las decisiones más importantes de la historia del certamen. Sin embargo, las presiones de Israel, sumadas a la supuesta renovación del patrocinio principal de la empresa israelí Moroccanoil -que durante los últimos años es el main sponsor de Eurovisión sin que hayan podido trascender datos sobre su aportación económica ni sus contratos- tuvieron su efecto.

Tras el anuncio del alto el fuego, que el ejército israelí lleva incumpliendo desde entonces, el 13 de octubre la Unión Europea de Radiodifusión anunció que cancelaba dicha votación y que devolvía la decisión a la Asamblea General ordinaria de diciembre. Entonces la expulsión o permanencia de la KAN no se decidiría de manera democrática, sino de nuevo en un supuesto debate -a priori sin votación vinculante, salvo que se se llegara a valorar si los países no se pusieran de acuerdo-. Por una promesa de paz se anulaba todo lo sucedido anteriormente, las normas incumplidas y la utilización política del escenario eurovisivo.

Después de unas semanas en las que los organizadores han ido reclutando países como Bulgaria y Rumanía para sumarse a Viena 2026 ante una posible fuga de pesos pesados como España y Países Bajos, hace escasos días, el 21 de noviembre, la UER anunció cambios en su sistema de votación, uno de los temas que más preocupaban a algunos de los miembros. Se trataba de una serie de medidas cosméticas que realmente parecen allanar el camino a la permanencia de Israel y convencer de algún modo a los que amenazaron con retirarse del concurso. Y es que además de las modificaciones del televoto, el director de Eurovisión Martin Green incidió en que reforzarían la aplicación de sus reglas vigentes para evitar que se haga un “uso indebido” del show, poniendo como ejemplo las letras de las canciones o las puestas en escena.

Una protesta contra la participación de Israel en Eurovisión 2025

La postura de España, encabezando las presiones contra la UER

España ha sido el país de la UER que ha liderado las acciones en contra de la participación de Israel, como decíamos, incluso desde antes de la pasada edición de Eurovisión 2025 celebrada en Basilea. El pasado 11 de abril, un mes antes del comienzo del certamen, RTVE lanzaba un comunicado en el que desvelaba la carta que José Pablo López, presidente de la Corporación, había hecho llegar a Noel Curran, director general de la UER, solicitando “la apertura de un debate en el seno de la organización sobre la participación de la televisión pública de Israel (KAN)”.

RTVE, a la que se le unirían muy pronto las televisiones públicas eslovena e irlandesa, no pedía entonces que Israel directamente no participase en Eurovisión 2025, sino que consideraba “apropiado que la UER reconozca la existencia de este debate y facilite un espacio de reflexión entre las emisoras miembros de UER sobre la participación de la TV pública israelí KAN”. La Unión apenas tardaba un día en responder con un escuetísimo comunicado en el que reconocían la “existencia de preocupaciones y opiniones sobre el conflicto en Oriente medio” pero recordaban que “todos los miembros de la UER [entre los que está Israel] son elegibles para competir en el Festival de la Canción de Eurovisión”.

De esta manera, y pese a caer su petición en saco roto, RTVE daba un paso adelante, aprovechando su importante posición dentro de la Unión Europea de Radiodifusión. Por un lado porque, como bien es sabido, España forma parte del llamado 'Big Five', uno de los cinco países que más dinero aportan al festival. Por otro, porque apenas unas semanas antes, el 20 de marzo, Ana María Bordas había sido nombrada nueva presidenta del grupo de Referencia de la UER. La hasta entonces jefa de la delegación española en Eurovisión, y directora de Producción de Contenidos en RTVE, pasaba a presidir el máximo órgano de control de Eurovisión, tras ser elegida por unanimidad, accediendo oficialmente al cargo el 17 de junio de este mismo año.

Las tensiones entre España e Israel se elevaron durante la semana eurovisiva en suelo suizo, especialmente el día de la segunda semifinal en la que Tony Aguilar y Julia Varela lanzaron desde RTVE un mensaje antes de la actuación del país hebreo en el que recordaban la cifra de muertos en Gaza y en el que hacían una llamada a la paz. El gesto provocó las quejas de Israel a la UER, que intentó silenciar a RTVE con una amenaza de multa si la situación volvía a repetirse. El día de la final, la pública española desafió la censura emitiendo un cartel en el que se exigía “paz y justicia para Palestina” justo antes del arranque de la emisión, eludiendo así cualquier tipo de represalia por parte de la organización.

El mensaje de RTVE previo a Eurovisión 2025, y la actuación de Yuval Raphael por Israel

Tras el festival, en el que Austria evitó por los pelos la victoria de Israel, RTVE insistió en la solicitud a la UER de un debate amplio sobre el certamen, poniendo el foco en la revisión del televoto y en la inclusión de Israel. De nuevo, como en veces anteriores, la Unión Europea de Radiodifusión contestó con largas, emplazando a la celebración de dicho debate “a su debido tiempo”. Todo ello, mientras Israel acusaba a España de “antisemitismo encubierto”, en lo que definieron como “un berrinche colectivo lleno de teorías conspirativas” por parte de nuestro país.

Sin embargo, la acción definitiva de RTVE y España respecto a Eurovisión llegó tras el verano -en el que la UER volvió a postergar su decisión sobre Israel-, cuando el Consejo de Administración de la pública aprobó en septiembre la propuesta de su presidente, confirmando que “España no participará en la próxima edición de Eurovisión en Viena si Israel continúa en el festival de música mientras persista la masacre en Gaza”. Un órdago definitivo con el que RTVE esperaba que más cadenas públicas europas diesen “un paso paso al frente”, sumándose en las presiones al organismo para que actuase de una vez por todas contra Israel. Sin embargo, el intento de boicot solo logró unir, como mencionábamos previamente, a Irlanda, Países Bajos, Eslovenia e Islandia.

Y así, con el embajador de Israel en la ONU echando leña al fuego al acusar a España de “difundir odio” con Eurovisión, llegamos a los días previos a la Asamblea General de la UER, para la cual la institución anunció el citado cambio en el sistema de votación, una tibia maniobra con la que escenificar que ha tomado cartas en el asunto e intentar convencer así a los países disidentes para que cambien de opinión.

En la última Comisión de Control de RTVE en el Senado, José Pablo López aseguró que las medidas de la UER “no son suficientes” y reiteró la postura de RTVE de calificar como “insostenible” la permanencia de Israel en el certamen. El presidente de la corporación pública avanzó que esta será la posición que defienda en la cumbre de Ginebra de esta semana, aunque de su boca no volvieron a salir las palabras claves -sí expresadas en el comunicado de septiembre- ratificando que España abandonará el festival si Israel participa. Tras la Asamblea, en función de su resultado, se deberá tomar una decisión definitiva. España, ¿sí o no a Eurovisión?

El presidente de RTVE, José Pablo López, en la Comisión de Control

¿Qué hará RTVE? Pros y contras de irnos o quedarnos en Eurovisión

Como hemos comentado, parece poco probable que este 4 y 5 de diciembre se decida expulsar a Israel de Eurovisión. Por tanto, RTVE tendría dos opciones: cumplir su palabra y abandonar Eurovisión; o aceptar las medidas de la UER y compartir finalmente escenario con Israel, en contra de la postura que la cadena ha manifestado en los últimos meses.

Si el Consejo de Administración de la cadena pública decide mantener sus principios, España no participará en Eurovisión. Sería, a priori, una ausencia de un año que dejaría a RTVE sin la emisión no deportiva más vista de 2026. Como perjuicio, La 1 no emitiría un evento que en las últimas cinco ediciones ha promediado más de 5,3 millones de espectadores y también el pilar que da sentido al Benidorm Fest, pues este se creó para elegir a nuestro representante. De este modo, se verían mermadas las dos marcas musicales por excelencia del canal y sería difícil una vuelta inmediata al festival, pues Europa no nos echaría de menos.

En lo positivo, RTVE tomaría una decisión histórica que no sólo sería motivo de orgullo, sino también sentaría un precedente claro: los derechos humanos están por dencima de todo. Además, y aunque el Benidorm Fest cambiaría su objetivo, sería una oportunidad de oro para construir un certamen local sólido e independiente a otros concursos, con la posibilidad de que se convierta en una referencia de verdad para grandes artistas.

Melody en Eurovisión 2025

Por contra, si finalmente los máximos responsables de RTVE deciden aceptar las medidas de la UER y quedarse en Eurovisión con Israel para intentar cambiar las cosas desde dentro, supondría un volantazo histórico. Tras dos años en los que como miembros del Big Five no hemos podido cambiar nada, sería demasiado optimista pensar que el festival no va a ser un dèjá vu de Malmö 2024 y Basilea 2025.

De tomarse esta decisión, RTVE y España perderían toda la credibilidad: ni dentro del certamen nos respetarían, ni el público entendería que agachásemos la cabeza y aceptásemos participar en la fiesta de Israel. Además, la cadena debería ser consecuente y cambiar a posteriori las bases del Benidorm Fest, ya que muchos de los 18 artistas de la próxima edición han afirmado que se presentaron tras saber que, de ganar, no tendrían que ir al certamen europeo con la comitiva israelí.

Dicho esto, el futuro eurovisivo está en las manos de la Corporación, y será su Consejo el que tendrá que decidir que opción le compensa más en base a los acuerdos que alcancen en la Asamblea General de Ginebra. En las próximas horas, o días, habrá una respuesta.

Etiquetas
stats