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Canarias repiensa el Festival de Música tras las críticas hacia la última edición

La consejera de Cultura del Gobierno de Canarias, María Teresa Lorenzo, junto al coordinador del Festival Internacional de Música de Canarias, Nino Díaz.

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

Una nueva era se abre para el Festival de Música de Canarias. Tras el anuncio del Gobierno regional de que próximamente se publicarán las bases del concurso para suplir la plaza de director, este jueves la consejera de Cultura, María Teresa Lorenzo (CC), comparecerá en comisión parlamentaria, a petición de Podemos, para abordar el futuro de este festival. El diputado de la formación morada Juan Márquez considera que se han producido aciertos y errores en esta última edición y que su objetivo es que se lleve a cabo un debate sosegado donde la música sea la principal preocupación y no primen otro tipo de intereses.

Podemos ha sido el primer partido en pedir esta comparecencia de la consejera y aprovechará para preguntar sobre las cifras del festival, qué balance se hace y cuándo se producirá la convocatoria del nuevo director. Sobre este punto se muestran muy críticos desde Nueva Canarias y su portavoz de Cultura en el Parlamento, Luis Campos, reprocha la forma en que se produjo el despido de la anterior directora, Candelaria Rodríguez, un puesto para el que no se convocó un concurso inmediatamente, sino que se designó de manera provisional a Nino Díaz. “Es poco serio que se estén redactando ahora los pliegos de algo que se anunció desde abril del año pasado”, sentencia el diputado de NC.

La comparecencia de Lorenzo se produce en medio de una oleada de críticas generadas tras conocerse los datos de la 33 edición, que arrojan una mayor afluencia de público (29.000 personas) pero una menor recaudación. Se trata de cifras provisionales de las que Nueva Canarias pedirá una fiscalización para que se aclare “dónde se ha producido desfase presupuestario”, aclara el portavoz de Cultura de la formación nacionalista. En este sentido, Márquez también insiste en que solicitarán “transparencia” ante todo.

Un festival de aciertos y errores

A pesar de los reproches recibidos por los cambios a los que se ha sometido el festival, tanto Podemos como Nueva Canarias coinciden en que no se puede hacer un diagnóstico de completo fracaso. Ambas formaciones están de acuerdo en que se haya intentado acercar a un mayor público, especialmente con la bajada de precio de las entradas. “La música clásica no debe ser un lujo, al fin y al cabo es música”, subraya Márquez.

Si se compara el planteamiento efectuado en esta edición con la de otras anteriores, fuentes expertas señalan a este periódico que las novedades no son tantas como parecen. En otras ediciones también se ha contado con un cuarteto, música contemporánea, obras de estreno y artistas canarios. La diferencia de este año radica en el número de conciertos, de 45 pasaron a 88 y se amplió la localización del festival llevándolo a municipios como Teror, Arucas, Breña Baja...

También se contó este año con la presencia de bandas municipales, algo que ha sido reprochado por algunos críticos que exponen que ya existe un festival de este tipo y que, de esta manera, el Festival de Música de Canarias perdía su esencia.

En este sentido, hubo abonados que sintieron que la calidad del Festival había bajado, por lo que el número de abonos descendió considerablemente con respecto a la 32 edición. Un punto que no es compartido por el diputado de Podemos, que no cree que la calidad se haya visto afectada.

Márquez, que además es músico de profesión, subraya que existen aspectos debatibles de cara a la gestión del festival, aunque aclara que “estábamos anclados en un modelo conservador” y que es positivo que se abra a nuevos tiempos. Señala que entre las claves, que ampliará este jueves a la consejera, se encuentra el hecho de que se podía haber combinado mejor los repertorios y también haber buscado una mejor localización.

El propio presidente de Canarias, Fernando Clavijo, indicó este miércoles en Lanzarote que el festival estaba mostrando síntomas de “agotamiento”, por lo que era necesario un cambio. Expertos en la materia señalan que se pueden hacer cambios siempre y cuando se siga un criterio ya que el festival tiene un contexto que hay que respetar. “Es como si en el Womad se lleva el réquiem de Mozart”, explican estas fuentes.

Otro de los aspectos criticados ha sido la falta de grandes orquestas en esta edición, como fue el caso de la de Londres en 2016 o la Orquesta de Chicago en 2014, que le valió al festival para salir en una publicación del New York Times. Una orquesta que la anterior directora, Candelaria Rodríguez, quiso volver a traer y resultó ser una de las causas de su despido.

Miembros de la Comisión del Festival reprocharon la “bajada de calidad”

Durante la reunión de la Comisión Asesora del Festival de Música de Canarias (donde más tarde se produjeron cambios) del pasado mes de julio, ya hubo miembros que preguntaron sobre distintas incógnitas que le despertaban los cambios en la edición. Jerónimo Saavedra llegó a cuestionar qué pasaría con los abonados, qué se le ofrecería a estas personas para que el festival “siga siendo atractivo”.

Saavedra advirtió de que la nueva línea no iba en consonancia con la aplicada hasta el momento, en el sentido de que no se observaban orquestas foráneas y que estas eran remplazadas por “orquestas de cámara”.

En este punto, cuestionó por qué en esta edición no se podía traer a la Orquesta de Chicago y sí se pudo traer dos años antes, en plena crisis. Por ello, apeló a que se estaba produciendo una bajada de la calidad. Una opinión que también compartió el gerente de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, Juan Mendoza al igual que Javier Martín Carbajal.

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