Ya sabemos que lo de Telde no está para muchas bromas, que la supuesta corrupción descubierta lo ha paralizado todo hasta límites ciertamente preocupantes. Sabemos también que hay cosas por llegar e ignoramos (no somos perfectos) cuántos concejales quedarán intactos antes de que acabe el presente mandato. Pero siendo conscientes de la insoportable levedad de la cuestión política teldense, no podemos pasar por alto determinados episodios que, tomados con la dosis necesaria de coña, ayudarán un poco a hacer más llevadero este valle de lágrimas. Permítannos que hoy nos detengamos a hablarles de un particular Anacleto, agente secreto, cuya presencia hemos descubierto en la ciudad de los Faycanes, con perdón. Se llama, este buen hombre, Ángel Ojeda Ramírez y es propietario de la empresa de detectives privados Datec Brady, S. L.. El nombre suena macanudamente bien, hasta se da un aire con Scotland Yard y todo. Pero no se lo pierdan, porque para empezar, sepan que el tal Ojeda ha sido condenado a un año de prisión por ejercer de detective sin serlo.