No hay dinero para conciertos, ni para achicar aguas fecales, por lo que parece. Los vecinos de la calle Mariucha, del populoso barrio de Schamann, a escasísimos metros de la torre huérfana del Canódromo (¿veremos la segunda en este mandato?) telefoneron al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria a primeras horas de la mañana de este lunes. Había reventado una alcantarilla y por la avería salían aguas fecales a borbotones que muy pronto anegaron la zona de detritus y de sus correspondiente malos olores e incomodidades. Pronto llegaron unos operarios que, tras observar el tamaño del estropicio, pusieron pies en polvorosa. Hasta las 19.45 horas de este lunes, momento en que una vecina nos envió esta foto, por allí no se había acercado nadie a reparar la avería, por lo que los vecinos se disponían a pasar la noche acompañados por ese envolvente olor a mierda que fluía desde las alcantarillas de una ciudad que un día quiso ser capital europea de la cultura.