Es evidente que cuando las cosas pueden empeorar, empeoran de lo lindo. Este lunes, mientras Paulino se ponía flamenco ante los periodistas y se atrevía a reclamar disculpas al candidato socialista, en los despachos de los abogados del caso Las Teresitas se recibía una contundente providencia del TSJC reclamando que se ejecute de una vez la sentencia del Tribunal Supremo que anuló la compra-venta de los lindos acantilados de esa playa. Sólo habían pasado 48 horas desde que Zerolo, tan docto en las cosas del Derecho, anunciara que el Ayuntamiento va a recurrir una sentencia irrecurrible. La sentencia proviene de lo Contencioso-Administrativo, pero es suficientemente indicativa de las curvas que pueden venirse encima en próximas fechas por lo penal. Cualquier buen entrenador ya estaría poniendo a Bermúdez a calentar en la banda.