Permanezcan atentos a la vida política de Fuerteventura porque se presenta extremadamente interesante por el flanco de estribor. La firma de un acuerdo político entre el incombustible marqués de las dunas, Domingo González Arroyo, con el Centro Canario Nacionalista de Nacho González no es más que el germen de una recomposición centro-derechista ante la que se ha mostrado absolutamente incapaz la actual presidenta del PP en la isla, Águeda Montelongo. Más bien al contrario, la secretaria segunda de la Mesa del Parlamento llega al congreso insular de su partido con un importante desgaste producto de su pésima capacidad para el diálogo y la confluencia y sin apenas poder efectivo en toda la Maxorata. Todos los expertos en pepeísmo dan por hecho que José Manuel Soria acabará interviniendo para que no haya humillación para Montelongo una vez se ha conocido que tendrá un candidato opositor en la figura de Ramón Paniagua. Pero ocurra lo que ocurra en ese congreso insular, lo bueno vendrá después, en los preparativos para las elecciones autonómicas de 2015. Como bien se aproximaba a la realidad en un comunicado emitido este lunes el dirigente del CCN Benito Codina, la confluencia del partido del marqués con el de Nacho González otorga bastante ventaja a esa alianza, que será uno de los socios más ansiados con el PP una vez Soria saque el megáfono y ponga a los suyos a trabajar para su mayoría presidencial de dentro de tres añitos. Si Dios quiere, que todavía hay mucha cera que quemar.