Se presentó en sociedad un maqueado Lorenzo Olarte para anunciar al mundo que quiere abandonar la política por el mismo sitio por el que entró en ella hace 33 años, es decir, por la presidencia del Cabildo de Gran Canaria. Se llenó hasta la bandera el salón que el Centro Canario contrató en el hotel Santa Catalina para dar la bienvenida al tremendo monstruo político que es el ex presidente, ex consejero, ex asesor de Suárez y actualmente agregado canario para asuntos con la China. No dejó títere con cabeza en su discurso y atacó especialmente a Coalición Canaria, su ex partido, además de aplicar el correspondiente meneo al PP. En el turno de preguntas de los periodistas fue tajante al responder acerca de lo primero que haría en el caso de resultar elegido presidente insular: coger el serrucho y cortar los seis escalones del altar que se ha instalado Soria para quedar nuevamente a la altura de los demás consejeros de la Corporación.