De ser auténticos los documentos que aporta el denunciante ante la Fiscalía Anticorrupción, alguien está tardando en salir a dar explicaciones sobre la filtración de las bases del concurso eólico a una empresa privada desde un departamento del Gobierno. Que tres meses antes de publicarse ya las tuviera la empresa de Suárez Gil es de una gravedad extrema porque automáticamente lleva a pensar que no es la única sociedad que ha tenido acceso a ese documento. Y si lo filtró todo un director general desde su correo oficial de la Consejería de Industria, nos preguntamos: ¿actuó por su cuenta y riesgo o siguiendo instrucciones de la superioridad? Porque lo fácil para Luis Soria, su hermano José Manuel y el ex amigo Larry sería llevarse por delante a Celso Perdomo, en aplicación de la cada vez menos creíble doctrina de regeneración democrática del PP. Pero el director general sabe un montón de cosas y es una pieza clave en el engranaje.