La misma intensidad que ha tenido esta campaña electoral parece haberse trasladado al día D. Algunos de los agentes implicados en la jornada la han calificado de catastrófica y chapucera por la cantidad de errores que se han producido en la gestión del proceso, desde el reparto y confección de papeletas y hojas de escrutinio, hasta las informaciones contradictorias dadas a presidentes y vocales de mesas. Pero a ese desastre contribuyeron de forma especial los partidos políticos, algunos de ellos empeñados en hacer trampas hasta el mismo minuto final. El pistoletazo de salida lo dio Soria, por supuesto, pidiendo el voto para su partido a la puerta de su colegio electoral en Tafira Alta. Las cadenas de radio y televisión, advertidas convenientemente de que incurrirían en infracción si emitían esas declaraciones, terminaron por retirarlas sin que, por cierto, la Junta Electoral se enterara. Y desde Tafira, la cosa se fue calentando a medida que se subía a la cumbre. Les contamos.