Lo que en cualquier otro momento se pudo haber solucionado con un par de conversaciones y un tirón de orejas, va camino de convertirse en una crisis de considerables dimensiones, la primera del PSOE en Telde, a muy pocos meses de saborear las mieles de un éxito electoral sin precedentes en esa ciudad. Visto lo visto todo parece apuntar a que se ha mezclado el hambre con las ganas de comer, con un secretario general y líder municipal, José Antonio Perera, desbordado de trabajo, sin tiempo para atender todos los asuntos que su partido se ha metido entre pecho y espalda, y con un equipo de gobierno inexperto y, en ocasiones bisoño. Únase a eso algún que otro ataque de celos entre miembros de ese grupo, celos que pueden ser políticos y de los otros, con piques de patio de colegio. Demasiada escandalera para tan pocos motivos.