El Tenerife gana al Zaragoza para coger aire antes del clásico

Cristian mete el balón en su puerta en la acción del 1-0 del Tenerife-Zaragoza

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —

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El CD Tenerife hará frente al clásico ante la UD Las Palmas con algo de resuello tras una victoria, innecesariamente sufrida, frente a un Zaragoza que llegaba igual de urgido a la cita de este domingo. Los blanquiazules sacaron petróleo del gol en propia puerta de Cristian tras un remate inapelable de Fran Sol (m.15), pero volvieron a ofrecer una segunda parte en la que los cambios de Fran Fernández —y la incapacidad para aprovechar las contras— terminó por hacerle jugar, miedoso y metido en su campo, mientras esperaba un final que no llegaba.

Tenía que ganar y ganó. No hay más conclusiones que den esperanza a un equipo que llegará a la cita en el estadio de Gran Canaria sin resolver el defecto que lastra su papel en la Liga y oscurece las virtudes que posee. El Tenerife es incapaz de ir a matar los partidos cuando tiene el viento a favor. Solo lo hizo en el debut ante el Málaga, justo el único día entre once en el que no hiperventiló en el último sexto del partido. Luego ha encadenado una decena de escenarios en los que mezcló la impotencia de saberse derrotado (Alcorcón, Mirandés, Mallorca), la urgencia de arañar cuando menos un empate (Gijón, Ponferrada, Fuenlabrada) o, como hoy, el simple miedo a perder dos de los tres puntos. Y en todos supuestos, le ha condicionado que no encuentra un equipo base después de dos meses de competición o que los cambios no suelan alterar las dinámicas —cuando caminan hacia la desgracia— o las hagan buenas cuando va, como hoy, arriba en el marcador.

Entre tanto, pone más fe que juego y más tesón que brillantez. Sale con fiebre de gol, como ante este Zaragoza de circunstancias plano, plano. Busca situaciones de ventaja y, cuando cuadra todo, encuentra puerta. El 1-0 de este domingo fue injustamente de Cristian porque a los blanquiazules les funcionó la estrategia de un córner tirado por Nono para que Alberto peinara al palo largo, donde Fran Sol se jugó la cara con un cabezazo oportunista, de nueve de área. El balón se quedó clavado en la línea y el portero, bajo la red, consumó el estropicio metiéndolo cuando trataba de asegurarlo, sin recordar su posición.

El gol, tras un arranque donde el Zaragoza avisó con un remate del Toro Fernández (m.3) y a continuación (m.4) con una caída en el área de Zanimacchia que corrigió, milagroso, Bruno Wilson, premió un primer acto de fútbol directo de un Tenerife que se fue a buscar la ventaja como si no hubiera mañana. Casi lo consigue con un remate de cabeza de Zarfino (m.5) salvado por el larguero con Cristian vendido.

Y hasta ahí. Con el marcador abierto, asomaron las costuras ofensivas del equipo —otra vez incapaz para el juego de toque corto y la asociación—, aunque supo mantener la ventaja midiendo mejor las pugnas y negándole contacto con el balón a Narvaez para jugar por detrás de los medios. Cuando recuperaba la pelota, el Tenerife volvía a ser el de estos tiempos. Como carece de un jugador que pause la salida y lo fía todo al envío largo a ver si halla la luz con Sol, cuando juega con el rival en su media cancha, sufre. Quiso asociarse con lo que proponían Nono, Suso o el propio Sol, pero anduvo asíncrono. Álex Muñoz no es el del curso de su debut, Vada —que tuvo la mejor tras el entretiempo (m.49) con un disparo soberbio resuelto por Cristian— defiende más que ataca y Moore es menos Moore si se le exige algo más que ponerla al área.

Así que como tenía que ganar, acabó ganando tras una segunda parte en la que Fernández se apuntó a la teoría del miedo con cuatro cambios con los que más pareció que no buscara el 2-0, como encontrárselo. Tuvo contras y recuperaciones en la salida del Zaragoza y le pudo, otra vez, la ansiedad del que elige un tiro antes que el pase definitivo. Y tuvo, también, una que acabó en gol de Vada (m.78), pero anuló el árbitro por entender falta de Moore en el pase que originó la asistencia de Fran Sol, la mejor noticia para el Tenerife en lo que descubre cuál será el día del punto de inflexión que le haga mejor, que lo es, de lo mostrado hasta ahora.

Entre tanto, sufre sin necesidad apostando por relevos que no le dan más consistencia, sino minimizan su potencial. Hoy entró Jacobo para poco, Aitor Sanz para devolver a Zarfino como una suerte de pivote adelantado, al joven Jorge para colocarlo por Sol en vez de ser segundo delantero y a Carlos Ruiz para confirmarle al Zaragoza que el miedo le envolvía de los pies a la cabeza. Tenía que ganar el Tenerife y ganó, pero dejando la duda de la necesidad de hacerlo de este modo temeroso que no hace rentable las virtudes de sus jugadores.

(1) CD TENERIFE: Ortolá; Moore, Alberto, Bruno Wilson, Álex Muñoz; Suso (Jacobo, m.63), Folch, Zarfino, Nono (Carlos Ruiz, m.85); Vada (Aitor Sanz, m.63) y Fran Sol (Jorge Padilla, m.80).

(0) REAL ZARAGOZA: Cristian Álvarez; Tejero, Francés, Guitián, Chavarría; Zanimacchia (Larra, m.46), Javi Ros, Igbekeme (Francho, m.71), Bermejo; Narváez y Gabriel Fernández (Iván Azón, m.46).

ÁRBITRO: Alejandro Muñiz Ruiz (Comité gallego). Amonestó a Nono (m.26), Álex Muñoz (45+1), Vada (m.49), Ramón Folch (m.66) y al visitante Francés (m.44).

GOL: 1-0, Cristian, en propia puerta (m.15).

INCIDENCIAS: Partido de la 11ª jornada de LaLiga SmartBank 20-21, jugado a puerta cerrada en el estadio Heliodoro Rodríguez López. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Jacinto Hernández Melián, padre del exfutbolista blanquiazul Toño Hernández.

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