Kikirikí

Las televisiones hablan de las elecciones en Madrid en clave nacional como si estuviésemos eligiendo todos los españoles a los candidatos que van a presidir el país. Madrid no es España, como mal dice la presidenta de la Comunidad en su habitual galimatías. 

Madrid es parte de España pero España es mucho más que Madrid por mucho que Díaz Ayuso repita ese mantra con desorden semántico y sintáctico.

Pero lo cierto es que el seguimiento informativo a las elecciones de Madrid que se celebrarán el próximo 4 de mayo hace pensar que la Comunidad de Madrid es muy poderosa e influyente. Es lógico que donde está ubicada la capital de España tenga unos valores añadidos que no poseen otras comunidades pero de ahí a hacer creer que todos los españoles nos jugamos nuestro futuro en unas elecciones autonómicas va un gran trecho. 

Madrid es tan ombliguista como su presidenta, que se cree el centro del universo. Con toda seguridad los medios de comunicación y las grandes cadenas televisivas no harán nunca un seguimiento informativo parecido en las elecciones próximas de Canarias ni en las de cualquier otra comunidad autónoma. 

De ello puede colegirse que en España hay ciudadanos de primera y de segunda categorías. Ayuso presume de que la comunidad madrileña es el motor económico de España pero es fácil que lo sea teniendo en cuenta que en la capital están radicadas las principales empresas españolas. 

Si todas esas grandes empresas tuvieran ubicadas sus centrales y sedes fiscales en otra comunidad autónoma otro gallo nos cantaría a todos y especialmente a Díaz Ayuso. Kikirikí.