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Madrid en marzo hace 20 años: el terrorismo en boca de Aznar

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Este artículo está escrito desde la emoción y la personal indignación.

El 11 de marzo de 2004, Madrid, capital de Madrid, vio sus calles ensangrentadas por las víctimas del atentado más sangriento de la historia reciente de España. Las bombas de los yihadistas mataron a 192 e hirieron a unas 1.900 personas. El país estaba a pocos días de las elecciones generales. Este marzo, veinte años después, nadie discute quiénes fueron los autores del acto terrorista. Pero entonces por boca de Aznar y su seguidores del Partido Popular se pretendió por razones tácticas electorales culpar a la extinguida organización ETA.

Han pasado 20 años pero todavía resuenan los recuerdos de las explosiones y de los gritos de las víctimas. Pero también se recuerdan las mentiras del Gobierno Aznar y los gritos de millones de españoles que protestaron en las calles contra el terrorismo y contra la política que había desatado a la bestia terrorista.

Durante años el Partido Popular y los medios de comunicación derechista, que son mayoría, se aferraron a la “teoría de la conspiración” como causa del ataque terrorista de Atocha, El Pozo y Santa Eugenia, que acusaba a la semidisuelta ETA.

Tales teorías parecen calcadas del arsenal ideológico yanqui con el que se justificaban todas las acciones bélicas americanas.

La pretendida “guerra contra el terror” de principios de los años 2000 impulsada interesadamente por George W. Bush y la élite aristocrática militar que desde decenas de años dominaba la vida política estadounidense era una papeleta sucia, pero en blanco para posibilitar la reelección de Bush y los ultras del Partido Republicano. Y naturalmente para aumentar el poderío del Estado norteamericano en el mundo.

Dicho presidente Bush fue el 43° Presidente de los EE.UU. y era el hijo mayor de la ex primera dama, Barbara Bush y del 41°presidente George H.W.Bush, confirmando así que el Poder político quedaba en manos del circulo familiar y financiero de la oligarquía. George Bush hijo fue el segundo presidente estadounidense que también había sido hijo de un expresidente. Su hermano Jeb Bush fue gobernador de Florida.   

El Departamento de Estado de EE.UU. advirtió en sus informes secretos del riesgo de la posible caída de Aznar en Madird y de Blair en Londres. Los aviones todavía no en el aire y ya se advertía que tal agresión militar supondría la decapitación electoral de Tony Blair y José María Aznar. Bush no informó a sus aliados. El sonriente agresor tenía en marcha su plan de Guerra Mundial contra el terrorismo invadiendo Afganistan en el 2001 y el Irak en el 2003. Con el supuesto combate contra el terrorismo los monopolios norteamericanos se APODERABAN de los yacimientos de la ruta del petróleo.

El Gobierno Bush, a cuya sangrienta sombra se escudaba Aznar, veía cómo los Estados Unidos entraban en su periodo más largo de recesión después de la Segunda Guerra Mundial que culminaría en diciembre del 2007. Ni las guerras de expolio y rapiña evitaron el retroceso económico y la Administración de Bush promulgó múltiples programas económicos con la intención de preservar el sistema financiero capitalista de tipo imperial del Estado.   

Se dice: “Tres eran tres las hijas de Helena, tres eran tres y ninguna era buena”. Aquí no se trata de las hijas de Helena sino de tres presidentes de Estado que mintieron y desinformaron al mundo de lo que estaba ocurriendo y de las verdaderas razones. El pasado 2023 la Redacción de la BBC británica tituló un articulo de la siguiente forma: Las mentiras que llevaron a Estados Unidos y a sus aliados a invadir Irak hace 20 años (y cuáles son sus consecuencias hoy en día).

En dicho articulo se decía: “Lo que sería una guerra relámpago de tres semanas se prolongó durante 7 años y dejó brutales consecuencias: más de 100.000 civiles muertos, según la organización Iraq Body Count (IBC), y un país, Irak, sumido en el caos”.

Y la BBC formulaba unas preguntas que parecerían ingenuas si no se supieran las verdaderas razones:

¿Qué llevó a George W. Bush y a algunos aliados a invadir este país (a pesar de no contar con el respaldo de las Naciones Unidas ni de aliados tradicionales como Alemania o Francia)?

La respuesta ya la hemos formulado: ampliar el dominio de USA sobre el mundo, acordonar a Rusia y saquear el petroleo de la región.

Así, pues, está fuera de dudas que los yijadhistas cometieron los actos terroristas en Madrid como respuesta vengativa a la intervención arbitraria militar de España bajo comando norteamericano en el Irak de Saddam Hussein.

Años antes del terrorismo en Atocha

Años antes de los atentados en Madrid, a pesar de que al comienzo de su gobierno Saddam Hussein mantuvo una buena relación con Estados Unidos -pues estos le proporcionaron armamentos y apoyo logístico y se le veía como un aliado natural para frenar la influencia de la revolución islámica del Irán-, sus lazos amistosos con USA se quebraron. En 1990 definitivamente, cuando Saddam Hussein decidió invadir Kuwait, en la creencia de contar con apoyo americano debido a las falsas apariencias transmitidas por una embajadora americana. Entonces George Bush padre era vicepresidente y luego presidente de USA.

La ocupación iraquí alarmó en Occidente. Y se gestionó con presión incluso en la Organización de Naciones Unidas (ONU), que le dio un plazo para retirarse del país árabe pero Saddam Hussein, creyendo tener beneplácito americano, se negó. Se le impusieron duras sanciones económicas que llevaron a Irak a una profunda crisis financiera y que dejó en la miseria a su población, con altas tasas de desnutrición y falta de suministros médicos. IRAK también se vio sometido a una serie de inspecciones por parte de la ONU con el fin de supervisar la supuesta existencia de armas químicas. No se encontraron pero desde Inglaterra y los EE.UU. se manipuló la información pública desatendiendo a los inspectores de la ONU.  

Y lo que Bush padre no llegó a hacer, lo realizó Bush hijo, contra las resoluciones de la ONU y contra la verdad, utilizando la mentira y la desinformación, acompañado de Blair y de Aznar, que envió tropas españolas a atacar y someter al Irak y que tuvo como consecuencia los atentados de Atocha.

Había pasado una década y dada la política americana en Saudi Arabia ocurrieron los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, tras los cuales el presidente de Estados Unidos, George W. Bush Jr., sin ninguna prueba ni indicios, colocó al Irak entre los países del “Eje del Mal” (una lista que también incluía a Corea del Norte e Irán) porque supuestamente apoyaba al terrorismo. El verdadero interés era de tipo imperialista y hegemónico, pero lo disfrazó de “combatir el terrorismo y de defensa de derechos humanos y Democracia”. Es decir, mentiras que se repetían mundialmente ocultando las verdaderas razones

No había justificación para atacar al Irak y se han esgrimido diferentes razones para tratar de justificarse -entre ellas, el presunto apoyo de Hussein a organizaciones terroristas, como al Qaeda (lo cual era mentira pues Hussein estaba enfrentado a dicha organización) -, pero había una mentira que era la clave: la supuesta existencia de un supuesto arsenal de armas de destrucción masiva (químicas, biológicas y nucleares) en Irak. Pero ese arsenal nunca se encontró. Es decir, no existía, pero la mentira servida como información o noticia sirvió de justificante para agredir e invadir al Irak.  

No olvidemos que las actuales fronteras de los países árabes fueron trazadas por los dirigentes del Imperio Británico y de Francia. Las divisiones y fronteras fueron hechas por los intereses de esos dos Imperios antes de la Guerra Mundial y no por los grupos étnicos o religiosos del Islam. De ahí resultaron el desastre y los enfrentamientos que perduran hasta nuestros días.

Aznar censura una entrevista de Bush Jr.

En el día 12 de marzo de 2004, un día después de los atentados terroristas de Atocha, el presidente Bush hace llamar a don Francisco Javier Rupérez, embajador de España en EE.UU. para ofrecer una inesperada entrevista exclusiva para la RTVE. Inmediatamente se pone en marcha la Embajada y se hace tal entrevista con el matrimonio presidencial George y Laura Bush. La entrevista coge de sorpresa a todos incluido el periodista Lorenzo Mila, corresponsal de la Televisión Española en Washington.

El ministro de Interior del Partido Popular declaraba un día antes públicamente el 11 de marzo la culpabilidad de ETA sin tener ni indicios ni pruebas y a pesar del desmentido de las organizaciones abertzales vascas, en especial la declaración televisada de Arnaldo Otegi. Y contra el criterio de los propios expertos militares y policiacos españoles que tenían informaciones contrarias a la opinión del Gobierno Aznar. Don Francisco José Vázquez, coronel de la Guardia Civil y jefe de la Unidad contra el terrorismo, ha declarado posteriormente que nada indicaba que hubiera sido ETA por no ser su forma habitual de actuación ni por ser civiles las víctimas mismas de las explosiones.  

Pero resultó que la entrevista del matrimonio Bush en solidaridad con las víctimas no fue emitida. Fue conscientemente censurada por Aznar y su Gobierno del Partido Popular porque Bush en la entrevista no acusaba a la ETA y aludía claramente al terrorismo islámico. Y esto hubiera desmentido a Aznar y a la jerarquía del PP. Por eso, esa entrevista se censuró. Es decir, los herederos del franquismo siguieron con la vieja costumbre dictatorial de censurar todo lo que no les convenía. Y censuran nada menos que al presidente de los Estados Unidos.

Cada tren lleva unos 700 pasajeros. A las recién pasadas siete de la mañana explotan 13 bombas, ocultas en mochilas y bolsas de plástico. No explotan en los palacios de los millonarios o de la jerarquía del Gobierno del P.Popular, sino en los vagones donde viajan los obreros y empleados que se ganan la vida trabajando. Los yijadhistas no dan aviso previo. Las bombas excepto tres estallan. Las bombas en la estación de Atocha estallan cuando el tren se detiene ante los andenes llenos de gente. A menos de un kilómetro de la calle Tellez por el Pozo del Tío Raimundo en el tren de dos pisos las bombas explotan justo cuando se para en el andén. La onda explosiva lanza a los viajeros fuera de los trenes. Una joven muchacha sale disparada por encima de la valla de la estación y caerá, muerta, en la acera de enfrente. Las explosiones hacen temblar las casas cercanas a las estaciones. El pánico y la confusión es general. El siniestro plan terrorista había sido ensayado y perfectamente ejecutado.

Pero junto al horror de la explosion, la sangre y la Muerte, gran parte de los vecinos salen espontáneamente a auxiliar a los heridos. El heróico pueblo de Madrid del No Pasarán frente al golpismo militar de Franco parece haber sembrado tradición. 

La Policía investiga la llamada de alguien que vió en Alcalá de Henares a tres encapuchados en una furgoneta que resultó haber sido robada dos semanas antes. En la furgoneta se encuentran detonadores y una cinta con versículos coránicos. Y una mochila con una bomba sin detonar. Más tarde un comunicado en árabe reivindica los atentados como Al qaeda y justifica los atentados por el apoyo de España a la Guerra imperial contra Irak. En la bolsa que no llegó a explotar se encontró un móvil con direcciones de marroquíes e hindúes que serían detenidos, aunque el gobierno de Aznar seguirá especulando contra ETA.

Y las mentiras de ayer de Aznar y sus socios condujeron a la tragedia de Atocha, pero al parecer ni Aznar ni los “grandes” del PP han cambiado de táctica. Siguen haciendo de la mentira y la exageración el arma contra el gobierno. Y organizan constantes manifestaciones y emisiones desinformativas hasta que les den resultado como a los Bush del pasado y los Trump del presente.

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