Los bomberos vuelven a equivocarse de fuego

Otras noticias, las mismas noticias. Los bomberos del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria han vuelto a la manifestación y al intento de boicot de los actos del presidente del Cabildo, el mismo José Miguel Pérez que tiene a mal traer a una parte de la militancia socialista tinerfeña. Se equivocan estos profesionales del fuego dirigiendo sus mangueras a donde no es, a la única institución de las que forman el Consorcio de Emergencias dispuesta a mantenerlo vivo. Porque con este pulso, que es puramente económico, los ayuntamientos que comparten el otro 40% del consorcio lo que quieren es dejar de poner dinero para una función que quieren endilgar al otro 40%, el Cabildo, y al 20% restante, el Gobierno. Fueron los ayuntamientos los que forzaron incluso la caída de la anterior presidenta de esa entidad, Rosa Monzón, que desoyó las órdenes del presidente del Cabildo de reconducir el decreto de reducción de emolumentos de los bomberos para buscar una solución negociada. Pero ya se sabe que cuando impera el griterío se pierde la perspectiva y hasta la razón.

Otras noticias, las mismas noticias. Los bomberos del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria han vuelto a la manifestación y al intento de boicot de los actos del presidente del Cabildo, el mismo José Miguel Pérez que tiene a mal traer a una parte de la militancia socialista tinerfeña. Se equivocan estos profesionales del fuego dirigiendo sus mangueras a donde no es, a la única institución de las que forman el Consorcio de Emergencias dispuesta a mantenerlo vivo. Porque con este pulso, que es puramente económico, los ayuntamientos que comparten el otro 40% del consorcio lo que quieren es dejar de poner dinero para una función que quieren endilgar al otro 40%, el Cabildo, y al 20% restante, el Gobierno. Fueron los ayuntamientos los que forzaron incluso la caída de la anterior presidenta de esa entidad, Rosa Monzón, que desoyó las órdenes del presidente del Cabildo de reconducir el decreto de reducción de emolumentos de los bomberos para buscar una solución negociada. Pero ya se sabe que cuando impera el griterío se pierde la perspectiva y hasta la razón.